33
e necesita más coraje para escudriñar los rincones oscuros de tu propia alma que para luchar en un campo de batalla. -W.B. Yeats. Creo que la crisis de los treinta, realmente da a los 28. Esa edad que parece tan inofensiva es en realidad el gran paso a la adultez, por un lado, te […]
e necesita más coraje para escudriñar los rincones oscuros de tu propia alma que para luchar en un campo de batalla.
-W.B. Yeats.
Creo que la crisis de los treinta, realmente da a los 28. Esa edad que parece tan inofensiva es en realidad el gran paso a la adultez, por un lado, te das cuenta que se esfumaron los 27, si tu plan era vivir joven y morir joven, ya paso ese momento, ya no te aceptarían en el Club de los 27. ¿Lo peor? Miras al frente y te das cuenta, que igual aunque estuvieras muerto, no te aceptarían en dicho club porque no has hecho nada ¡nada! de tu vida, estas a dos años de la treintena, ser adulto for real, de empezar a vivir LAVIDA, así con mayúsculas y no sabes que estas haciendo ni que quieres.
Tienes varias opciones, puedes seguir viviendo tu vida -con minúsculas- y esperar, un día darte cuenta que ya «eres grande», puedes decidir volverte grande de sopetón casándote, teniendo hijos o alguna de esas cosas que dice la sociedad que hacen los adultos o puedes volverte loco, preguntarte: ¿Qué p**** estoy haciendo?, derrumbar todo lo que habías construido, destruir tus paradigmas y ver como el futuro que habías planeado cuidadosamente para ti se diluye en la incertidumbre.
Probablemente hay más opciones, digo que hay tres, porque a mi nada más se me ocurrieron esas tres, finalmente, me volví loca y escogí la tercera.
Pase dos años viviendo en una especie de mundo paralelo, en el mundo del revés. Y lo que más me preguntaba -sobre todo en los malos, malos, malos días- era: ¿Qué p**** estoy haciendo?
Mi llegada a los 30, fue optimista: ya solamente puede mejorar. Y tenía razón.
Los 33 resultan una edad simbólica para los católicos y para los que crecimos en una familia católica, según se dice -porque no recuerdo que venga en la biblia- Jesucristo murió a las 33 años.
A la edad que voy a cumplir mañana, él ya había multiplicado los panes, sanado a los enfermos, resucitado a los muertos y fundado una religión que cambiara la historia del mundo. Estaba listo para morir.
A pesar de que la muerte no ha sido nunca uno de mis principales miedos, creo que a los 30 inicias una especie de muerte simbólica, si te habías estado haciendo pendejo sobre el asunto de crecer, los 30 te obligan a dar ese paso. Es como pasar 29 años en un trampolín viendo para abajo y haciendo como que te vas a aventar y cuando cumples 30 ¡boom! llega el primo sangrón que te avienta. Y ahí vas, cayendo inevitablemente al «vacío», estas seguro de que te vas a morir y tienes razón.
Cumplir 30 te enfrenta a la disyuntiva de intentar vivir LAVIDA sin dejar de ser tú, hay quien muere y al llegar al tercer piso, se vuelven personas irreconocibles, detestan todo lo que hicieron en la «juventud» -y todo lo que se vea, se escuche o parezca joven- y se aferran a sobrevivir este camino hacia la senectud. Y digo senectud porque seamos sinceros, cuando cumples 10 años, aunque sigas cumpliendo años, sabes que vas a seguir siendo joven un buen rato, incluso cuando cumples 20, sabes que vas a seguir siendo joven con cada cumpleaños, pero a los 30, no te vas a volver más joven en 5 años, de hecho, ya te habrán dicho señora varias veces al día, las brechas generacionales serán reales y tu próxima parada son los 40.
A los 33, te queda claro que no hay vuelta atrás, tu cuerpo, por primera vez empieza a dejarte en claro que se esta deteriorando,no; no eran cuentos de tu mamá y tus tías para espantarte, ¡el cuerpo si envejece! y esa arruguita junto a la boca (¡Tengo mi primer arruga!) es solo el comienzo, no importa cuanto te cuidas, podrás envejecer con gracia, pero ¡oh Jesucristo! vas a envejecer.
Te estas muriendo, cada año en los 30, te estas muriendo.
Pero ¿saben que? no lo digo con fatalismo, es sorprendente morirse. Es sorprendente darte cuenta de verdad, de verdad, de verdad, que no vas a estar aquí en 60 años -suponiendo que te mueras de «muerte natural»-, es sorprendente darte cuenta, de que estás eligiendo a una persona para compartir todo ese tiempo, es sorprendente levantarte un día y decir: ¡hey!, deberíamos de tener un hijo el próximo año, y aunque lo apuntas en tu libreta invisible con tu lápiz invisible, te das cuenta de que la idea de tener un minimi ya no te parece un sacrificio ni algo irreal, ya no necesitas que nadie te presione y te vale madre si alguien cree que «por fin cediste a la presión». Es sorprendente levantarte y darte cuenta de que estas contenta de ir a trabajar -superada la crisis de «odiolevantarmetantemprano», estoy trabajando en eso, lo juro-, te sientes contenta de ver cuando alguno de tus alumnos aprenden algo significativo .
¿Saben que es lo más sorprendente? Ver hacia atrás y darte cuenta que es como si te mantuvieras flotando por encima de ciertas cosas, se acabaron los dramas, el sentirte ofendida por comentarios o chismes, incluso se termino el sentirse ofendido por desplantes, rara vez te enojas y en caso de que alguna emoción te sobrepase, en vez de revolcarte en ella como si fuera lodo, te das chance de meter los pies, preguntarte que se siente, y después sacudírtela y superarla en máximo dos días, ya no pasas un mes deprimida, ya no pasas una semana enojada, y definitivamente, ya no piensas pasar una vida con rencores (como cuando tenias veinte y pensabas: oh sí, jamás te perdonaré, seremos enemigos de por vida bitch).
A los 33, de repente te das cuenta ¡OMG soy sabia!, de verdad puedes ver hacia atrás y tener cosas que contar, aunque, la sabiduría también te enseña, que solamente existe para que tu futuro sea mejor, es una total perdida de tiempo intentar transmitirle «tu sabiduría» a alguien más, te da miedo cuando alguien te pide un consejo, normalmente buscas desesperadamente aplicar la mayéutica -la verdad, es que todos siempre sabemos lo que queremos o debemos hacer, cuando buscamos consejo, lo que realmente buscamos es apoyo, respaldo del barrio-.
Es como tener un cofre con tus huellas digitales, está es tu sabiduría y solamente tú puedes acceder a ella. Nadie más. Y con ella, vas encarando las situaciones que LAVIDA te va enfrentado.
Es hora de romper más paradigmas, es hora de replantearte las preguntas existenciales que guardaste en el último cajón del escritorio. ¿Lo mejor? Todos hemos escuchado esa irónica sentencia que aveces nos dicen cuando estamos en peligro de caer: del piso no pasas.
Bueno, no importa que hagan, no importa enserio, de la muerte -real- no pasamos. Oye Yazz, pero eso es trampa, porque tú eres budista y crees en la reencarnación y los catolicos creen en el cielo y el infierno y…..¡Aún con mayor razón! está es solo una vida, solo un instante en un multiverso, probablemente en un universo paralelo elegiste otra cosa, no pasa nada. Relájate.
Los 33 te dan perspectiva, te vuelven menos cínico, te aclaran la vista. No he conocido aún persona vieja que no sea sabia. Incluso la persona más humilde del campo tiene una sabiduría impactante.
Te vuelves más humilde, la juventud esta desperdiciada en la juventud….
El síndrome de ¿Qué p***s estoy haciendo? se reduce al mínimo y cuando aparece, le respondes con todo el estilo de Jules Winnfield: Living, mothefucker. Eso estoy haciendo, viviendo. Todos los días, a todas horas, viviendo. Eso estoy pinches haciendo. Eso es lo más importante, ahora, deja de preguntarte pendejadas y VIVE.
Y vivir ya no significa nada más irte de fiesta y usar drogas y coger y aventarte en paracaídas y viajar por el mundo y ir a conciertos y escribir un libro y plantar una árbol y todas esas cosas fuera de lo común que se supone nos hacen sentir»vivos», vivir también se convierte en disfrutar la comida, disfrutar tener el tiempo para no hacer nada y ver netflix, sentarte a meditar y sentir tu respiración, acariciar a tus gatos, dormir de cucharita, tener un mal día, abrazar a tus papás, etc. Ya no hay distinción entre los «antes de morir quiero» y el «todos los días hago», te gustan los dos y estar de un lado o del otro, te hacen feliz. Ya no eres infeliz porque no estas viendo el amanecer desde un hotel en Japón, y tampoco lo arruinas pensando «mañana tengo que volver a mi casa» mientras ves el atardecer frente a un maravilloso mar , disfrutas por igual las dos. Estar y no estar, tener y no tener.
Resulta que llevas toda la vida viviendo LAVIDA, pero no sabías.
En la paradoja de que tu antiguo yo puede morir en el intento de lidiar con el nuevo tú, debo decir que no es una ley, lo ideal sería que evolucionáramos, como un pokemon.
Afortunadamente, como ya conté alguna vez, tener un diario blog, es tener una especie de maquina del tiempo para platicar con tu yo del pasado y de alguna forma ir dejando mensajes para tu yo del futuro.
Un Lunes 10 de marzo del 2008, mi yo del pasado estaba por cumplir 26 años, estaba muerta de miedo porque ese año salia de la universidad -y aún no tenia trabajo- y me preguntaba a mi misma ¿Qué es ser adulto?, si quieren leer todo el post, lo pueden hacer aquí. Hoy, solo quiero compartirles y ver sí cumplí, las cosas que no quería que mi yo adulto del futuro hiciera o dejara de hacer.
Al parecer uno despierta una mañana y ya es adulto, casi sin querer, espero que ese paso sea consciente. Hay cosas que no quiero dejar de hacer porque «Ya soy adulto». He aquí algunas de ellas:
-
No quiero dejar de ver caricaturas, ni anime. Me parecen un humor genuino por muy estúpidas que sean (como Bob Esponja, por ejemplo o Billy y Mandy) y no ofenden mi inteligencia como las pendejadas de «lo que callamos las mujeres» o algo así. /// Bueno, hasta la fecha veo caricaturas, tengo amigos que ya no las ven porque «ya no hay caricaturas chidas, como en mis tiempos»…a mi me siguen poniendo de muy buen humor, me parecen inteligentes y te dan la oportunidad de verdad, no dejar que tu niño interior muera, por ahora, soy fan de Gumball, Hora de aventura, Un show más, Steven Universe, Gravity Falls y My little ponny, animes también sigo viendo, algunos incluso han impactado significativamente mi vida, como Space Dandy. De hecho, a la hora de la comida, vemos caricaturas.
-
No quiero dejar de ser una chica gato, aunque me queda claro que mis ataques felinos tendran que irse reduciendo a bromas privadas, jejejeje…debe de ser medio creepy ver a una ñora ronroneando..jajajaaja /// En efecto, ya no soy chica gato tan en público como antes, pero lo sigo siendo. Este año me compre una diadema con orejitas de gato :3
-
Me niego rotundamente a dejar de ver programas para «niños», como por ejemplo: 31 minutos. /// Concedido, de hecho, si no hubiera sido por trabajo, los hubiera ido a ver en vivo.
-
Me niego rotundamente a no esperar con ansias las nuevas peliculas de Pixar o similares.// Hecho, siempre estoy emocionada por este tipo de estrenos y siempre les doy una oportunidad, como cuando odiaba los trailers de Frozen, luego la ví y me encanto.
-
Quiero mantener la idea de que desayunar Hotcakes con helado a las 1 de la tarde tiene un serio valor nutrimental (jejejejeje)./// Ahora le digo Brunch y lo hago a las 3 de la tarde 😛
-
No pienso dejar de pedir mi «bolo» en las fiestas infantiles, es decir, mi bolsita de dulces./// Justo ahora tengo dos bolos en la mesa de la cocina uno en cajita de Frozen y otro en cajita de Peppa, de hecho, tarde mucho en tirar las cajitas y guardarlos todos en un mismo frasco, porque ¡me gustan las cajitas!.
-
Terminantemente prohibido dejar de tomarme fotos con botargas de mis personajes favoritos./// Bueno, está no la he cumplido porque no he visto muchas botargas ultimamente. Y el Dr. Simi no es uno de mis personajes favoritos.
-
Prohibido dejar de oir música nueva./// Curiosamente, hace algunos días rondaba por ahí un artículo que decia que la gente deja de oir música nueva a los 30, cuando la lei pense ¡que pendejada!, pero luego salieron varios amigos diciendo que sí, que así les había pasado. Hace algunos dias lanzaron el cartel del Corona Capital de este año y algo similar sucedio, muchos conocidos muy enojados porque el precio es exagerado para tantas bandas que «nadie» conoce y tan pocas bandas consagradas. Yo simplemente no entiendo, los mayores de 30 pertenecemos a la generación que crecio y vivio parte de su adolescencia y juventud sin internet, sabemos lo que era tener que hacer mixtapes y compilaciones de cd´s, no había conciertos masivos, y la música chida, rara vez la veíamos en los medios masivos habituales, era música «alternativa»….ahora tenemos internet, basta abrir una pestaña y decidirse a oir música nueva, pero no se dan permiso, como si dejar de oir música nueva, fuera algo natural. Lo siento, sr. /sra. se quedo sin las neuronas de la música nueva, la edad las mato todas. ¿Really?
-
Prohibido dejar de ir al cine./// Hecho. Y debo agregar, aún no ha llegado el día en que vaya al cine a dormirme 😀
-
Prohibido dejar de ir a conciertos./// Creo que esta si es una decisión bien consciente, tú sólito decides hacerte a un lado del camino, tildar de porquería todo lo nuevo, aferrarte a tus grupos viejos -que no tienen porque dejar de gustarte- y empezar a decir que ya ni siquiera vas a ir a festivales porque «que pena con la muchachada», oh vamos…sí a Iggy Pop no le da pena escandalizar con sus pellejos viejos, ¿por qué debería darte pena ir, completamente vestido a mover la cabeza o brincar con una banda que te gusta? Además, no es por molestar, pero muchos de los integrantes de bandas «nuevas» tienen tu edad….. debo agregar, que la gente más cool y pintoresca de un concierto, es justo la que se supone no debería estar ahí, como los «señoras y señoras», los padres nuevos con sus niños o adolescentes, los viejitos. Mientras los jovenes se derrumbaban, Beck y Jack White (y los músico de Jack que podrían ser mis abuelos) partían madres y rockeaban como si no hubiera un mañana.
-
Prohibido dejar de comer cosas nuevas./// Hecho, todo lo pruebo por lo menos una vez…incluso, aveces pruebo cosas que no me gustaban antes, porque el paladar también va cambiando. Ahora me gusta el aguacate 🙂 Aún no me gusta la chela, pero sigo probando chela nueva, por si encuentro alguna que me guste, no he perdido la esperanza.
-
Prohibido dejar de aprender cosas nuevas (por eso aprendí a nadar el año pasado…nada de que «ya estoy muy grande para aprender»)./// Este año aprendí a hacer papel picado, probablemente no me va a servir de nada, pero amo aprender.
-
Prohibido, requeterecontraprohibido dejar de tener sexo, amenos que de plano el cuerpo ya no coopere./// 😀
-
Prohibido dejar de fumar ganja, a menos tambien que tenga que ver con cuestiones de salud./// Ya casi no fumo, he aprendido a ya no ser tan «paleta» y a respetar a la gente que no fuma, así como quisiera que me respetaran los que fuman tabaco, por eso uso medios menos invasivos, como el dragón verde. Pero a veces, tras un día largo o un día particularmente genial, me siento, lleno mi pipa y fumo muy lentamente, me gusta ver el humo y oler tan conocido aroma. Ventajas de ya no vivir con tus papás y no tener hijos.
-
Prohibido subir de talla y dejarme porque ya soy «señora». Nada nada, mientras el ejercicio siga a mi alcance, trataré de mantener mi complexión, mi talla 7 y cuidar mi apariencia. Nada de viejas fodongas y chancludas. Cuando sea viejita, me voy a vestir bien «autoctona», eso por alguna razón le va bien a las viejitas..jajajaaj./// La verdad, desde los 30, tengo una lucha encarnizada con mi peso, bajar lo subido ya no es tan fácil, pero nunca me he permitido ser talla 9 🙂 he comenzado a pensar en comprometerme de verdad con un estilo de vida más sano y ya ni siquiera tiene que ver totalmente con la belleza como en aquel entonces, sino con la calidad de vida, luego escribiré algún post sobre esto.
-
No pienso dejar de jugar videojuegos. Yo quiero ser como la abuelita de Vindria que le quemo una consola y una tv, de tanto jugar Mario./// Este año me tatué un símbolo del videojuego de Ghibli Ni no ku ni….así es que no, no he dejado de jugar videojuegos. Justo acabo de terminar «La vara de la verdad» de South Park para ps3. Y tengo muchos empezados.
La verdad, estoy orgullosa de misma. Tener 33 es muy emocionante a nivel crecimiento espiritual. Y como yo soy budista y Buda se ilumino a las 35…los 33 no son mi tope para nada. Bueno, no creo iluminarme a los 35, pero definitivamente hasta cosas como decir «soy budista» son para mi una iluminación que jamás imagine que viviría, yo me voy a morir sin religión, decía….ah tantas cosas.
En serio, ni se apuren si no saben que están haciendo, están haciendo lo mejor que pueden y lo único que van a hacer y es bien chido.
Les dejo algo de música vieja, que para mí es nuevo y me gusta mucho y estoy oyendo mucho últimamente. Música asiatica de los 60’s -vietnamita, camboyana y surcoreana en su mayoría-