35 semanas: hora de despedirnos
Ya estoy en cuenta regresiva: 5,4,3,2,1…y estaré en «cualquiermomentopuedenacer» Durante este último mes me habían advertido varías cosas: Es uno de los más pesados: ¡cierto! La panza ahora sí te pesa y además tienes que lidiar con las consecuencias de su tamaño, como sentir que te sofocas (de vez en cuando), tener que literal «cargarla» […]
Ya estoy en cuenta regresiva: 5,4,3,2,1…y estaré en «cualquiermomentopuedenacer»
Durante este último mes me habían advertido varías cosas:
- Es uno de los más pesados: ¡cierto! La panza ahora sí te pesa y además tienes que lidiar con las consecuencias de su tamaño, como sentir que te sofocas (de vez en cuando), tener que literal «cargarla» para darte vuelta en la cama o pararte, las agruras, dolor en el piso pélvico por el peso (el yoga, la pelota y los masajes ayudan a aliviarlo) bochorno, frustración por no poder ni ponerte los calcetines sola (o bueno si puedes, pero te tardas como 15 minutos).
- No vas a poder dormir: yo decía «eso no me va a pasar a mí»….pues si me está pasando. Lebebé es muy activo por las noches-madrugadas como nosotros, así es que si intento dormir entre 11 pm y 7 am es complicado. Sus movimientos me despiertan, a veces se «encaja» que es literal, sentir algo empujándote una tripa o la vejiga o el diafragma y duele, no mucho, pero si molesta, normalmente se arregla cambiando de posición, pero encontrar otra posición en la que no te sofoques por el peso de la panza es complicado. Con todo y mi maravillosa almohada, almohadas extra y cojines, no puedo dormir más de 2 horas seguidas. Me siento bien contenta cuando duerme 4 o 5 horas de jalón. Lo bueno es que como ya no estoy iendo a trabajar, no importa que me pase la noche-madrugada-mañana con el ojo pelón si puedo siestar durante el dia.
- El bebé crece mucho de un día para otro: seguramente no es un día para otro, pero los otros meses, sentía que tenía el mismo tamaño de panza por semanas. Y este mes si me pasó que de un día para otro tal cosa ya no me quedaba o a simple vista me daba cuenta que la panza ha crecido mucho.
- Es el mes en que te salen estrías: obviamente no es una ley, hay mujeres a las que no les salen y hay otras que les salen desde el principio. En mi caso, si me salieron igual de un día para otro en este mes, a pesar de todaaas las cremas que me ponía u_u aunque, ya estaba mentalizada a que era algo que tenía un 80% de posibilidad de que me pasara y aún así acepte embarazarme, así es que cuando me las descubrí si fue de «aiñ» pero tampoco lloré o me sentí súper mal. De hecho lo primero que pensé fue: me voy a tener que tatuar algo para cubrirlas :3 . Supongo que también ayuda que Anuar me apoya mucho y nunca me ha hecho sentir insegura por los cambios que mi cuerpo está sufriendo, ya sé que es algo que en teoría no debería importar, pero la verdad es que si lo hace, si tu pareja no te apoya en esta etapa y más bien se dedica a hacerte comentarios negativos sobre lo gorda que te estás poniendo, que tal vez no te recuperes, que tu piel se empañe, que tus pechos cambien, etc. hace más difícil sobrellevar la nueva imagen que vez frente al espejo por 9 meses. Afortunadamente, las estrías que me salieron son pocas, espero poder evitar que salgan más 🙂
Hay cosas que me han pasado que no me habían dicho, en este trimestre he tenido las peores pesadillas relacionadas con la salud de Lebebé, que nada más le cuento a Anuar y que me gusta que cuando se las cuento se ríe y me hace ver lo absurdo que son y me tranquilizo.
También estoy más emocional, ahora sí, lloro súper fácil y me frustro mucho por cosas tontas, tengo un hambre voraz y al mismo tiempo no debo comer tanto porque en este mes existe el riesgo de exceder el peso «sano» de gestación. A pesar de que estoy más informada y más empoderada para el momento del parto, recurrentemente tengo ese pensamiento «¿y si no puedo?» , aveces basta con recordarme a mi misma que todas pueden, todas las mujeres han parido, mal o bien (con mal me refiero a partos traumáticos o violentos y con bien a partos «normales» y los humanizados) , pero lo han hecho, otras veces no me contesto nada, reconozco que la ansiedad ante lo desconocido es válido, «veo» ese pensamiento como una nube y lo dejo pasar sin ponerle atención, otras me enfoco en respirar, otras en cantar un mantra y acariciar a Lebebé y darle(me) ánimos, a veces, cuando el pensamiento me sobrepasa se lo pregunto a Anuar en voz alta «¿y si no puedo parir?» y me dejo tranquilizar y apapachar.
Últimamente, también me siento nostálgica: en poco tiempo dejaremos de ser dos. Ya no podré protegerle, llevarle a todas partes, estar segura de que no pasa frío, ni hambre, tenerle a un brazo de distancia. Pronto saldrá de mí y se volverá un ser independiente, tendré que compartirle con todos. Y al mismo tiempo me siento emocionada: podré compartirle con todos. Es tan deseade, tanta gente le espera. Sobre todo quiero compartirle con Anuar que le ha cuidado tanto y que merece cargarle y besarle. Y ya quiero verle, conocerle, dejar de imaginarle. Poder respirar tranquila y decir: está san@ y complet@. Y empezar otra nueva etapa en la que tampoco pueda dormir por darle de comer o pasar la noche velando su sueño.
Mientras utilizaré estas semanas para irme despidiendo despacito, suavecito, con gusto, cuidando que no sea una despedida brusca y llena de hartazgo como lo he visto/escuchado tantas veces («ya quiero que nazca, estoy harta»), contestando cada uno de sus movimientos con una caricia y con agradecimiento.
Leave a comment