Unsui
Los novicios en los monasterios zen son llamados unsui (literalmente «nube-agua») y con frecuencia los templos zen ostentan decoraciones de nubes y agua. Las nubes se mueven libremente, formándose y volviéndose a formar en respuesta a las condiciones externas y a su propia naturaleza, sin verse obstruidas por nada. «El agua cede, pero lo conquista […]
Los novicios en los monasterios zen son llamados unsui (literalmente «nube-agua») y con frecuencia los templos zen ostentan decoraciones de nubes y agua. Las nubes se mueven libremente, formándose y volviéndose a formar en respuesta a las condiciones externas y a su propia naturaleza, sin verse obstruidas por nada.
«El agua cede, pero lo conquista todo. El agua extingue el fuego, o, si se ve en peligro de ser vencida, se convierte en vapor para después volver a formarse. El Agua deslava la tierra o al enfrentarse a las piedras, busca rodearlas. El agua corroe el hierro hasta convertirlo en polvo; satura la atmósfera hasta que el viento muere.El agua cede ante los obstáculos con humildad, pues no hay poder alguno que le impida llegar a su destino de alcanzar los mares. El agua, al ceder, conquista: nunca ataca pero siempre gana la última batalla «. (Tao-Ch-eng de Nan Yeo, estudioso taoísta del siglo XI).
Estas virtudes de las nubes y el agua son virtudes del hombre zen que se ha perfeccionado y cuya vida se caracteriza por la libertad, la espontaneidad, la humildad y la fuerza interna, además de la flexibilidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes sin forzarse o caer en la ansiedad.
-Philip Kapleu. Los tres pilares del zen, pag. 411-
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