Rituales
«Asimismo la formación de un agujero negro, según la ciencia actual, se debe a un proceso de implosión, ya que cuando la estrella agota su combustible, estalla, pero si su campo gravitatorio fuese lo suficientemente grande, este, superaría la explosión y comprimiría todo el material a un (volumen cero y densidad infinita). Esto también es explosión.» […]
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- Mamá gato

«Asimismo la formación de un agujero negro, según la ciencia actual, se debe a un proceso de implosión, ya que cuando la estrella agota su combustible, estalla, pero si su campo gravitatorio fuese lo suficientemente grande, este, superaría la explosión y comprimiría todo el material a un (volumen cero y densidad infinita). Esto también es explosión.»
Hay objeto a los que uno les confiere un poder «sobrenatural», una pulsera que funciona como amuleto, un cofre de buenos deseos, un hilo cualquiera, una mantita espanta pesadillas, etc.
De igual forma que le confiero poderes a las personas para sanarme, se lo confiero a los objetos; al igual que los antiguos humanos (o no tan antiguos) acepto que mi energía se deposita consciente_mente en las cosas que me rodean.
Tengo rituales y creencias que solo me sirven a mi.
Siempre he sido creyente del «verbo», de las palabras; nada me lastima más -y lamentablemente- tan fácil como las palabras de las personas a las que yo les he conferido poder sobre mí. Sin embargo, hasta ahora, las palabras que más daño me han hecho son las propias.
A veces, es bueno crear agujeros negros a donde lanzar todas las palabras que no deben escucharse ni leerse ni sentirse. Tome una libreta que tiene la energía de lo que provoca mis enojos y en ella, dejo fluir las palabras que se me atascan en la garganta, las que hieren como si hubiera comido navajas.
Es terapéutico dejarlas fluir sin modularlas, algún día podré dejar de escribir sobre el asunto y dicha libreta se guardará en la caja de los fantasmas. Por lo pronto, la libreta negra funciona como un agujero negro que nace de mis implosiones, aunque admito que no me gusta sentir, que las palabras que ahí se guardan pueden morder.
Hoy se cumplen dos semanas desde que me despoje de mis amuletos, aún no me siento digna de recuperarlos…rituales.
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