Tener dos bebés menores de dos años
Hoy, Aleph cumple cuatro meses y la semana pasada Cedric cumplío dos años.
Oficialmente hemos terminado el que llaman “cuarto trimestre”.
Durante el cuarto trimestre se da la recuperación del postparto (aunque últimamente he leído que se requiere más de un año para que el cuerpo sane de verdad) y la adaptación familiar al nuevo bebé, además se estabilizan algunas rutinas y la lactancia ya pasó por varios baches (de hecho, el bache del tercer mes es uno de los más pesados).
Nosotros, además, nos embarcamos en la aventura de tener dos bebés menores de dos años al mismo tiempo. Aleph llegó al mundo cuando Cedric tenía 1 año 8 meses.
Y ya que los hijos son las olas que nos revuelcan en la playa de la expectativa, se han encargado de mandar al carajo muchas de las maravillosas ideas que teníamos sobre tener dos hijos tan seguidos.
Voy a retomar el post que hice cuando les contamos que íbamos a tener un bebé para contrastarlo con como ha sido en realidad. Los invito a que me acompañen, para que se rían conmigo (Aunque yo en el fondo, estoy llorando echa bolita en una esquina de mi cerebro)
Expectativa: La verdad prefiero el caos y la destrucción X2, para entrar al mismo tiempo a la falsa estabilidad de un niño que deja de ser bebé.
Realidad: Amig@s no sabía nada de la vida, esto no ha sido caos y destrucción, ha sido un maldito apocalipsis con nuestras corduras cayendo por un precipicio JAJAJAJA (Risa histérica). La verdad, el caos y la destrucción con Cedric estaba relax, pero ahora que ya esta empezando a explorar un abanico más amplio de emociones, estamos viviendo diario los berrinches, nos trata de pegar, a que grita: NOOOOOO para todo y a que no pide, EXIJE un montón de atención, además le esta entrando bien duro al empirismo lo cual se traduce en un niño explorador lleno de moretones y rasguños; entonces, a esta pequeña bomba molotov le sumamos un recién nacido que como todo recién nacido necesita mucha atención. La neta, hay días que la culpa me carcome, cuando Aleph tiene que pasar mucho tiempo en su cuna o en su sillita, en vez de estar en mis brazos, porque yo tengo que atender al hermano en un desborde emocional o cuando Cedric pasa más de una hora viendo Daniel el Tigre (esperen mi reseña sobre series de niños) para que yo pueda lavar un poco de trastes y no tomar café en la misma taza en donde tome ayer o para que pueda intentar dormir a Aleph. De dormir, ni les cuento, solo ellos duermen en esta casa. Yo me acuesto enmedio y cuando no le estoy dando teta a uno, le estoy dando teta al otro. El esposo si duerme, pero pues a veces el trabajo lo dejar irse a acostar en la madrugada y para más tardar las 8 ya debe estar levantado acompañando al toddler afuera del cuarto o empezamos el día con el pie izquierdo (y a veces ni así). Normalmente, para las 8 pm ya estamos cabeceando, como abuelitos. ¿Tomar siestas? pues a menos que los droguemos para que se duerman al mismo tiempo, COSA QUE JAMÁS HEMOS HECHO, normalmente es tener dormido a uno y despierto al otro. Así es que diría que es caos y destrucción como por 4, mínimo.
Expectativa: También creo que será más viable que C. acepte un bebé ahorita que todavía no sabe muy bien “queseso”.
Realidad: No, que chingados. Al principio fue de: sabe que cosa es esto. Pero apenas vio que comía del mismo lugar que él, uuuuuuuyyyyyy. De plano, he tenido que asignar una teta para cada uno. Además cuando quería algo, que lo cargara, etc. me decía con sus señas y palabras mochas, que dejará al bebé en la cuna. Cuando Aleph llora, a veces le aplica la de “shhshhshhh” (ruido para dormir bebés) pero la mayoría del tiempo es gritarle: no, no, nooooooo y ponerse a llorar también.
Así es que no, a lo mejor más grande hubiera sido más fácil que entendiera argumentos, sus propias emociones, que se frustara menos, etc.
Aunque, no todo es terrible, la verdad, después de estos tres meses, lo primero que hace por las mañanas, es saludar al bebé y llevarme un pañal para que lo cambie, ya se acerca a él por iniciativa propia a darle abrazos y besos (y cuando eso pasa, nos derretimos de amor) y Aleph creo que se emociona más cuando lo ve a él que cuando nos ve a nosotros.
Expectativa: ¡Tenemos un montón de cosas para bebé!
Realidad: JAJAAJAJAAJA. Y ahí siguen. Compramos cosas para recién nacido, porque son las que habíamos regalado y Aleph nació macrosomico, o sea, gigante. Nada de lo de recién nacido le quedo, pasó directo a la ropa de 3 meses, ahora, ya usa ropa de 3, 6 y hasta de 1 año. Odia muchas cosas que Cedric amaba, por ejemplo, no es fan de que lo bañe en la bañera, prefiere la regadera, la bañera va a ser una especie de cuna para cuando los baño sola. ¡No le gusta el marsupi!, yo casi que tuve otro hijo porque amo ese cargador y con Cedric lo use poco, pues Aleph lo aguanta un rato si camino mucho, pero que para andar en la casa y traerlo porteado mientras corro detrás del hermano o arreglo ropa o algo así (que era lo que imaginaba en mis fantasias de lo perfecto que iba a ser la dinámica de portear), no, se pone a dar unos gritos que parece que lo estamos inyectando y a aventarse para atrás que siento que se me va a romper y quedar cuchito. Eso sí, por fin le hemos dado uso a la carreola y a la cuna (Inserten emoticon de corazoncito roto). Y todo lo que nos ahorramos en reusar la ropa de Cedric -sobre todo la de bebé que esta muy nueva, porque la verdad, la de toddler le vamos a tener que comprar todo, porque Cedric parece que la odia y esta decidido a destruirla- lo hemos gastado en cremas fancy, porque el niño nos salío delicado de la piel y tiene dermatóloga y en medicinas, que se nos ha enfermado de gripa ya dos veces y apenas tiene 4 meses.
Ahora, y hablando de que este niño nos salió muy enfermizo en comparación con Cedric que no se había enfermado de NADA durante su primer año de vida, bueno, que no habíamos tomado en cuenta, que de hecho, estadisticamente los hermanos menores se enferman más porque estan en contacto directo con una de las fuentes más grandes de bacterias, virus y parasitos: otro niño. Así es que cuando Cedric pesca una gripa, por mucho que lo intente, no puedo evitar que le estornude en la cara a Aleph alguna vez durante el día o que toque con sus manitas todas cochinas la teta o le meta el dedo a la boca o similares. Lo de la piel, creemos que tiene que ver con la semana que pasó en el hospital, nos lo tostaron y lo dieron antibiotico bien chiquito, entonces quedo sensible, pero de eso ya anda mucho mucho mejor. Y con todo y las gripas que ha pescado, es un bebé super sonriente que no ha perdido su apetito ni ha tenido fiebre.
También, tengo que contarles que tener dos hijos es un poco divorciarte dentro de la casa y obtener la custodia de uno de los niños. Así, Anuar ha pasado a ser el adulto de Cedric y yo, el adulto de Aleph. Obvio no siempre, no todo el día. Pero por el momento, lo que más necesita Aleph son mis tetas, mientras que sí, Cedric tambien las exije pero si lo sacas al parque o a otro lugar donde pueda correr, ni se acuerda de mí. Así, Anuar ha empezado a salir con Cedric solitos en el carro, tienen sus propias rutinas, sus chistes locales, etc. Esto es un shock para las mamás, porque todavía es tu bebé, pero ya no nada más es tu bebé, ya también es muchoooo bebé del otro y a veces, te sientes bien triste de que sea así, pero al mismo tiempo quieres que se lo lleven a dar la vuelta para que puedas dormir dos horas seguidas.
No hay de otra, tenemos que dividirnos para intentar vencer y eso también ha resultado en accidentes, porque mientras antes estabamos dos adultos bien al pendiente de un solo niño, ahora muchas veces, es un solo adulto para dos niños. Y se siente bien pinche feo, porque aunque hasta los hijos únicos se caen y se abren la cabeza, quieres meterlos dentro de una burbuja (como en esa peli noventera) y sientes que es porque estabas cargando, cambiando, jugando con el hermano, cuando igual y nada más es que conforme crecen se vuelven más inquietos y ocurrentes.
Ahora que ya los espante, creo que es justo terminar este post hablando de lo bueno.
Un hermano para Cedric nos permite empezar a trabajar en la empatía, la cual consideramos un pilar en su educación. Cuando el bebé llora, no solo nos avisa, sino que nos pide que le demos de comer o que lo carguemos. También nos está ayudando a explicarle que está bien llorar (porque a veces no quiere que el bebé llore) y la forma en que tratamos a Aleph le ayuda a replicarlo, con el mismo Aleph y con los demás.
Es es demasiado tierno verlos interactuar, ver como intenta introducir a Aleph a sus juegos, al tiempo que cuando Aleph lo ve se emociona todo y no para de sonreírle.
Estamos muchoooooo más relajados con Aleph, estamos menos nerviosos, respondemos mejor a sus necesidades, nos estresamos menos, lo disfrutamos más.
A pesar de la semana que no estuvimos juntos al 100%, establecimos la lactancia inmediatamente. La regresión que tuvo Cedric (casi dejar de comer sólidos para volver a tomar pura leche) ayuda a que la producción se mantenga constante, el agarre fue perfecto desde el principio, nada de heridas ni grietas, estoy haciendo un pequeño banco, ya no me da miedo meter biberones (con mi leche), Anuar ya es un experto en descongelar la leche y lidiar con un bebé hambriento. Somos súper pro en la lactancia y sí le hemos sacado mucho provecho a las cosas que compramos.
Precisamente el estar tan relajados con Aleph y tener cubierto el asunto de la lactancia, ha logrado que nos volvamos más aventureros. Me he vuelto a animar a salir sola por horas y dejar a Anuar ¡con los dos niños! Que se portan de maravilla con él. Y él ya no se estresa porque también ya sabe que hacer, ya tiene sus técnicas. Así es que me he empezado a ir a cursos al centro Budista, me apunté a un retiro, nos fuimos los cuatro de vacaciones, estamos planeando ir a dos festivales ¡sin hijos!, en fin, con Cedric no queríamos soltarlo más de 4 horas a nadie.
Y aunque parece que no, nos hemos vuelto más organizados, hemos ido creando una rutina que se va actualizando con las necesidades que notamos en los niños, por ejemplo, sabemos que para las 8 deben estar durmiendo o en proceso de dormir o tendremos dos fusybebés que no sólo van a estar de malas antes de dormir, sino que se van a estar despertando más durante la noche, sabemos que tienen que tener por lo menos una siesta al día entre las 11 y la 1 pm, sabemos que bañarse en la mañana funciona mejor que en la noche (a menos que queramos tener a Aleph llorando a grito abierto) y aunque hemos tenido que introducir recursos que no queríamos, como la tv, tratamos de balancearlo, se ve tele una sola vez al día y tratamos de que de verdad sea cuando no hay otra forma de tenerlo sentado en un lugar seguro, si es posible, nos sentamos con él y le estamos haciendo preguntas o cantando con él y el resto del día tratamos de compensar haciendo otras cosas como leer (que le encanta) o jugar juntos o salir a caminar a la calle o ir al parque.
Es muy chistoso, nunca habíamos estado tan cansados, pero tampoco nunca habíamos estado tan enamorados, tan contentos con nuestras decisiones, tan felices con nuestra vida. Tienes un sentimiento muy profundo y claro de que todo vale la pena. Cada cosa que haces o dejas de hacer, vale la pena. Y aunque terminamos destruidos cada noche, mientras nos recostamos en el sillón, nos sentimos contentos de haber tomado esta decisión. Es un cansancio bonito, un gozo poderoso.
Además de que te encuentras frente a una situación que no creía posible y es amar tan puramente a dos personas completamente distintas. La verdad, en el fondo, tenía miedo de querer más a uno que al otro, pero no ha pasado. El amor de verdad se expande.
El otro día, me di cuenta que hacía mucho tiempo que no me sentía “yo”, creo que es porque de algún modo estaba esperando volver a ser la “yo” de antes y pues obviamente eso jamás iba a pasar, de alguna forma no había permitido que esta nueva persona que soy fluyera. Pero creo que ya me desvíe del tema.
El resumen sería que tener dos hijos chiquititos es bien salvaje en todos los sentidos, pero eso no significa que sea algo malo, creo que lo malo sería que todo siguiera igual.
En fin, ya no puedo escribir más por hoy, vamos a cantar las mañanitas que es una de las cosas favoritas de los niños chiquitos.
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