Grandes, como árboles
Se cumple un mes del nacimiento de mi segundo bebé, su nacimiento tuvo dos partos, el suyo y el nuestro. Escribí algo para celebrar.
Aleph Amitabha nació el día de nuestro aniversario, 13 de octubre.
Todo parecía bien, pero durante la noche empezó a tener problemas para respirar y bueno, la cosa se fue complicando al grado que me dieron de alta el lunes mientras que él se tuvo que quedar en terapia intermedia en el hospital hasta que lo pudimos mover al Issste el miércoles en donde estuvo internado en neonatologia otros 4 días.
Fueron días muy duros, lloramos mucho y estábamos muy asustados, pero logramos salir adelante con ayuda de nuestra familia sanguínea y espiritual.
Y como no queda más que dejar ir, me quedo con lo aprendido:
- Sigo defendiendo tener tu parto en un hospital privado, en un hospital público, en particular en San Luis Potosí, eres atendida por estudiantes, que llevan no sé cuanto sin dormir o comer bien, el nivel de violencia obstetrica es muy alto y al dolor de un bebé enfermo debes sumar tu propio dolor. La cesárea salió bien, mi recuperación fue rapidísima y se pagó justo lo que se iba a pagar.
- PERO siempre tengan un plan B y hasta un C por si algo se complica. Es terriblemente abrumador no sólo estar preocupada por tu bebé sino también ver como la cuenta crece y crece. Al final, es un negocio y te tienen agarrado del cuello, se pueden dar el lujo de cobrarte cosas como “una lata de fórmula: $1500” En nuestro caso, la pesadilla fue que aunque ambos teníamos seguro social (yo IMSS), el esposo (ISSTE) no nos dimos el tiempo de investigar si podíamos asegurar a nuestros hijos. Resultó que mi seguro (que es voluntario, es decir, yo me lo pago) no lo permite, después aprendimos que sí se puede, pero entra en vigencia un mes después y el primer año solo cubre consulta externa, de haberlo movido con este seguro, el IMSS nos lo hubiera cobrado todo como si fuera hospital particular. Perdimos tanto tiempo en la burocracia del seguro y hubo un momento en que pensamos que no íbamos a poder trasladarlo a ningún lado. Al final, como pasa muchas veces, las mejores soluciones se nos ocurrieron después, cuando ya lo habíamos solucionado.
- Si tienen seguro, el Hospital Central no va a permitirles afiliarse al seguro popular.
- El ISSSTE es el más pequeño de los tres y por lo tanto el menos especializado, por ejemplo en neonatologia no tenían neonatologos, sino solo pediatras, si es requerido un especialista se debe hacer la petición para que se subrogue.
- Aún así, no tenemos queja, había un buen protocolo de limpieza en donde están los bebés y las enfermeras eran las más amables que he conocido en mi vida.
- Tengan un extra por si algo pasa (aiñ, los ahorros) y si tienen tarjetas, procuren que estén en ceros, por si pueden usarlas. En casi todos los hospitales aceptan tarjetas de crédito a meses.
- Tengan una red de apoyo, nuestra red era fuerte, nuestras familias nos apoyaron enormemente, nos prestaron dinero, se turnaron para estar conmigo en casa, nos acompañaron a hacer trámites, nos obligaban a comer, cuidaron a Cedric, nos ayudaron a buscar soluciones, nos abrazaron cuando llorábamos, rezaron rosarios y nos encomendaron a todos sus santos.
- Hagan tribu, nuestra comunidad espiritual fue una tabla de salvación en muchos sentidos, nos daban ánimos, nos incluían en sus plegarias, estaban pendientes de cómo iba todo, nos apoyaron económicamente, nos visitaron en el hospital, nos ayudaban a enfocar, a aplicar el dharma para no hundirnos. Mis amigas mamás con las que me mandaba mensajes de voz cada que había una buena noticia o una mala me ayudaban tanto a desahogar la ansiedad y es que ellas estaban muy al pendiente de cuando nacía Aleph y por lo tanto se enteraron de todo el proceso. Cuando haces tribu, el nacimiento de un bebé, es el nacimiento de un miembro de tu tribu, es un bebé con el que quieres que tus hijos crezcan y convivan, que jueguen, que se ayuden, que sean una especie de familia extendida. El que tuvimos problemas tan grandes como un bebé internado y un cuentononon en un hospital privado le sorprendió a muchos, pero pues es que no es como que uno pueda detener todo lo que se le está viniendo encima para ponerse a avisarle a medio mundo, se enteraron los más cercanos a nosotros en este proceso (de la parenthood y la llegada de Aleph).
- Pregunten a sus amigos, en nuestro caso, tenemos amigos doctores y enfermeras, les hablamos a todos para preguntarles sobre la situación, sobre la pediatra, sobre la mejor opción de hospital público, etc. Es común que los doctores se conozcan, como en todas las carreras (y pues San Luis Potosí es una maqueta; todos nos conocemos) por ello nos enteramos que la pediatra era muy buena, un amigo incluso le llamo para preguntarle directamente sobre el caso, otro nos aclaro las dudas que teníamos sobre hospitales públicos que en ese momento no veíamos, otros nos consiguieron los nombres de directores de neonatologia con los que hablamos, etc.
- Si su plan C es un seguro de gastos mayores, investiguen bien y lean todas las letras chiquitas, esta parte la debería de escribir el marido porque fue él quien se aventó la tortuosa parte de los dineros, pero le explicaron y luego me explico, que a veces con esos seguros la cuenta sale aún más alta, mientras que a los jodidos nos la dejan “más barata” con tal que liquidemos. Y aún teniendo el seguro, es posible que sean ustedes los que tengan que cubrir la cuenta primero y ya luego, algún día, esperemos no muy lejano, el seguro les devuelva el dinero…o una parte.
- Y sobre eso, aunque les de pena, pregunten si hay descuento, el que le hacía las cuentas al marido le dijo que al final podía aplicar un descuento y en la cuenta final, pregunto si lo iban a aplicar y pues fueron casi $10,000 menos.
- Chequen la cuenta, uno no tiene cabeza, pero háganlo, cosa por cosa, hagan la suma incluso. A nosotros nos paso que un día nos estaban cobrando un tanque de oxígeno extra y pues eran arriba de $3000.
- Coman, ya sé, parece una obviedad, pero uno se siente tan triste y preocupado que no da hambre y se te hace fácil no comer, además tienes el estomago revuelto por la ansiedad, todo te cae mal, pero traten, intenten comer, aunque sea cosas ligeras, aunque sea un poquito cada hora, aunque sea comida chatarra.
- Aprendí a apreciar mucho mi “vida aburrida”, los días que pasamos iendo y viniendo al hospital, recibiendo noticias mala tras noticia mala, viendo a Cedric solo en fotos o videos, fueron horribles. Teníamos la cama para nosotros, pero apenas y podíamos dormir, la casa estaba tan fría y callada. Llegar a tu casa, con tu pañalera justo como la llevaste, entrar y encontrar todo listo para un bebé que no llevas, que no sabes si vas a poder llevar, no puedo explicarles lo mucho que deseaba en ese momento, estarme quejando por no poder dormir por tener un recién nacido en casa, un bebé corriendo tras los gatos, un día igual al otro, mi “aburrida” rutina de mamá, cansada y repetitiva, pero llena de momentos bonitos y tiernos, de amor, de risas, porque aunque hay muchas lágrimas (de los niños, casi siempre) no hay día en que no haya también risas (de todos).
- Aprendi a tener empatía con las personas que sufren depresión o que no tienen a su alcance herramientas para sobrellevar la tristeza. Cuando estas sufriendo, cuando estas muy triste, es como si perdieras todos tus sentidos; la comida no te sabe a nada o te sabe mal, no hay olor que te agrade, no tienes ganas de escuchar música (cuando Aleph mejoró, nos dimos cuenta que no habíamos oído música en todos esos días ¡nosotros! que escuchamos música todo el día, casi todo el tiempo) y es como si no vieras, como si todo a tu alrededor fuera nebuloso, nada te llama realmente la atención, no eres capaz de disfrutar. Si no tienes las herramientas, es como nadar en un océano agitado, sin una tabla en donde agarrarte y descansar un poquito, las herramientas puede ser una religión, tus creencias, tu visión de la vida,amigos, etc. cuando en vez de eso, tienes por ejemplo hábitos destructivos, es fácil hundirte. Por eso hay gente que agarra la peda mortal cuando un familiar está muy enfermo, no tienen otra forma de lidiar con el dolor, o se vuelven agresivos o simplemente no están. Mi yo del pasado no hubiera sido capaz de lidiar con esto, me hubiera quedado en mi casa, hecha bolita en mi cama, llorando, con ataques de pánico y ansiedad, sin poder salir a ver a mi bebé, dejando que otros arreglaran las cosas por mí, pidiendo que me cuidaran en vez de cuidar.
- Aprendimos muchas cosas sobre nuestra religión (igual y si quieren se pueden brincar esta parte, a lo mejor nomás le hace sentido a los budistas o a los religiosos) . Curiosamente unas semanas antes, le platicaba al marido, que éramos muy afortunados de haber llegado al budismo más por búsqueda que como consecuencia de una mala experiencia. Es decir, mucha gente se vuelve religiosa cuando una tragedia llega a sus vidas, en esos momentos te das cuenta que no hay nada que te salve, más qué tal vez algo o alguien superior, entonces, si superas la tragedia probablemente empieces a “creer”. Y es totalmente válido y ahora entiendo como sucede. En nuestro caso ya creíamos en muchos conceptos, pero eran eso, conceptos. Es fácil tener paz mental, creer en el karma, en la impermanencia, en la reencarnación, etc. cuando todo va bien en tu vida. El problema es mantener, entender y aplicar lo aprendido cuando todo va mal, que de hecho, es cuando más lo necesitas. Aprendimos por ejemplo, el poder de las plegarias (los budistas no creemos en dios, pero si hacemos plegarias, no lo voy a explicar aquí pero si tienen curiosidad pueden ver este video ) y si bien, como muchos, alguna vez fui de las que se burlaban cuando la gente comentaba “amén” o similares en las redes sociales, hace rato que entendí que es algo de mucho valor para las personas que pasan por malos momentos, pues uno se siente acompañado, como que tu barrio te respalda, incluso, hasta otros barrios (como las oraciones de nuestra familia católica o los buenos deseos de nuestros amigos ateos), aprendimos a confiar en el karma (y no solo nuestro karma, sino el karma de Aleph), aprendimos a usar los mantras, bueno, la verdad no estoy segura de que se usen así, le tendré que preguntar a la Comunidad Dharmadatta, pero siguiendo la analogía del océano, los mantras eran como una ancla para mi tablita que era mi endeble mente, al recitarlos me enfocaba en el presente, en obtener la cualidad del buda del mantra, evitaba irme al futuro y alimentar mi ansiedad con todos los posibles (y horribles) finales o al pasado, buscando la forma de que fuera mi culpa o de alguien más,los “hubieras”, ahogarme en la negación de la situación, etc. Además ayudan a la respiración (que si alguna vez les ha dado un ataque de ansiedad sabrán lo importante que es no hiperventilar) y poco a poco penetraban en mi y me sentía más tranquila, más segura, más enfocada.
- Aprendimos mucho sobre nosotros como pareja, ante una situación difícil inmediatamente cerramos filas y nos volvemos brigada. No peleamos, nos cuidamos, nos damos ánimo, lloramos juntos, nos hacemos reír, nos damos la mano, la verdad, no creímos ser capaces de hacer todo lo que tuvimos que hacer ¿saben? Es tonto, pero con todo e hijos, trabajo, renta, deudas, etc. por dentro seguimos siendo unos mocosos sin problemas grandes y de repente ¡pum! Te das cuenta que este problema no lo pueden resolver tus papás ni nadie más, lo tienes que resolver tú, tú eres el adulto, ya eres el adulto. En esta relación yo soy la negativa y Anuar es el positivo, funcionamos bien así, hemos aprendido a sobrellevar el exceso de esos extremos, un día malo, realmente malo, cuando había mucha incertidumbre sobre lo que iba a pasar con nuestra pequeña familia, estábamos en casa solos, intentando reagruparnos para el siguiente madrazo. Ese día en particular me sentía muy negativa, muy negada, muy “no quiero que esto esté pasando” emberrinchada con la situación, Anuar me abrazo y me dijo algo muy bonito y sabio y que creo que marca un cambio no solo en nosotros como personas, sino como pareja y como papás: Gatito, sé que tienes miedo, pero no podemos ser chiquitos, es momento de ser grandes, como árboles.
Cierro este post agradeciendo desde lo más profundo de mi corazón a todos los que nos ayudaron, abrazando a todos los que han pasado por una situación así o peor y deseando que todos los que estén pasando por algo similar tengan recursos para lidiar con ello y todo salga de la mejor manera posible.
Curiosamente, esta semana escuché esta canción de Nacho Vegas que se llama “Ser árbol”
Y así fuimos inventando nuevas formas de respirar
Así fuimos inventando una nueva manera de imaginar
Que para ver el cielo hay que hundirse en la tierra
Y no hay más suelo que el que ahora nos aferra, al fin, somos árbol
Desde hoy, mi amor, somos árbol
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