La casa de Riley
Nos mudamos a finales de febrero a lo que como broma local llamamos la Casa de Riley (¿se acuerdan cuando en Inside Out, Riley se muda y su nueva casa está toda fea…pues bueno…)
La primera casa a la que nos mudamos era antes oficinas, así es que básicamente tuvimos que reconstruirla, pero pues no teníamos hijos y podíamos regresar por las noches a dormir en nuestras cómodas casas maternas. La segunda casa era el depa del que venimos, a ese no hubo casi nada que arreglarle y pues ahora estamos en una casa a la qué hay mucho que arreglarle pero es algo complicado con pandemia, trabajo y niños.
Así es que todo va lentooooo. La primer semanal me esforcé y logré acomodar casi todo para tener las áreas principales despejadas, aún faltan cosas pero depende de nuevos muebles y repisas que no hemos tenido tiempo/dinero para mandar a hacer, además, ahorita los recursos se han ido a reforzar la seguridad porque nuestros boomers vivían de una forma bien rara, con muchas goteras y cables pelones y cerraduras sin llave y cosas así. Tenemos que cambiar el portón y mandar a poner protecciones a las ventanas y una alarma porque la colonia no es de las más seguras, cuando el esposo vivía aquí (era su casa materna) justo uno de los días en que estaba conmigo arreglando el que sería nuestro primer cubil se metieron a esta casa y se robaron su lap y muchas cosas, así es que está algo paranoico con el tema, más que con las cosas materiales, con el hecho de que se meta alguien a casa cuando él tenga que salir y estemos solos.
Esta semana ya ando muy embotada, me bajo el fin de semana y solamente quisiera ser como mi gata Vidaberta que es súper nerviosa y odia los cambios, por lo que desde la mudanza se la pasa el día escondida en el closet de la oficina lejos de los niños y demás gatos. Yo también quiero estar escondida en un closet ¡déjenme regresarme al closet! Jajajaja aiñs…
Desde que llegamos no hemos salido más que una vez porque aparte del desmadre de la mudanza A. ha estado al tope de trabajo y pues no se ve para cuando pueda tener varios días de desconexión, la verdad, esperaba un poco con ansias las vacaciones de Semana Santa, pero ya me di cuenta que vamos a tener que sacar la chamba de un cliente para esas fechas, además de que si tengo tiempo «libre» debería empezar a tratar de escribir las ideas desordenadas que tengo que entregar en junio y si no, seguro hay que aprovechar para avanzar lo más que podamos en que esto sea mas cubil y menos casa de Riley.
Y la pandemia si me está jodiendo mucho. Podríamos avanzar un montón si pudiéramos apoyarnos en nuestras redes dejando a los niños con las abuelas, pero aún no están vacunados y pues prefiero seguir sufriendo a que se vayan a contagiar (les abueles y mi hermano), digo, hemos estado tan encerrados (solo sale A por víveres) que no creo que tengamos Covid pero ya casi cumplimos el año encerrados y no nos hemos infectado, así es que creo que la paranoia si ha servido de algo y mejor aguantar hasta que estén vacunados.
Pero estos días de verdad siento que estoy en un loop y que no logro organizarme, que los tiempos no me están dando y no me están funcionando para hacer lo mundano y tener tiempo de convivir con atención con los niños.
Estoy fastidiada y me cuesta mucho conectar amorosamente con niños y A. y no veo como reiniciarme. Me siento como una computadora que falla y esta sobre calentada pero a la que no pueden apagar para reiniciar porque está haciendo algo importante, al ratito la reiniciamos, al ratito.
No crean que estoy sola o algo así, sé que A anda igual que yo, ve más a sus alumnos y compañeros en juntas que a sus hijos y sé que odia eso, sé que si le digo va a decir que me tome el día y blabla, pero pos también me preocupa su salud y que a veces duerme bien poco por la chamba y la maestría y que si me quedo desconectada igual me la voy a pasar mal escuchándolo batallar con los niños mientras intenta lidiar con los clientes y así y pos en épocas de pandemia y siendo él por ahora el que trabaja “fuera” pues no quiero agregarle a mi estrés: esposo desempleado. Si todo sale bien para fin de año vamos a estar peor jajaja porque estaremos () trabajando “fuera” los dos. Ya ni quiero decir que ojalá ya esté mejor lo del Covid porque pues ya es como que bien absurdo planear pensando eso, así es que meh.
Tengo que encontrar cómo organizarme o me voy a descomponer. Podría darme el consejo de mandar todo el trabajo doméstico (incluyendo reparaciones) al chorizo y dedicarme a conectar con los niños o a pendejear, pero se que me voy a arrepentir porque es trabajo que nadie más puede hacer por ahora y en mi caso no ayuda a mi estabilidad mental vivir en el desmadre total. Además en la Casa de Riley hay cucarachas y dicen que hasta había una ratita y la basura pasa cada mes y los carretones traen animales y entonces hay que andar cazando a los que no traen animales y salir corriendo mientras peleas con el portón porque pasan como si su chamba no fuera recoger la basura y eso significa que batallamos para tirar la basura y que eso puede llamar a las cucarachitas y las ratitas y si aparte adentro en la cocina también dejo todo puerco pues si va a ser un problema (hasta ahorita las cucarachas entran poco, las sacamos vivas para que los gatos no las maten y la rata creemos que se fue hace mucho porque jamás vimos nada de ella)
En fin…por lo menos los niños están muy contentos en la casa de Riley, tienen más áreas para desordenar (y tendrán más) y los gatos también tienen su propio espacio libre de niños (aunque el Amor y Pepeshuy aman estar en las áreas comunes)
Bueno, hasta aquí el desahogo, siempre me pasa que después de quejarme y quejarme puedo ver todo desde más lejito y decir «que pendejada», es absurdo engancharme en estas cosas, todas las cosas son formas y vacuidad, todo es impermanente, no vale la pena dejarme hundir en el pantano de mi mente de mono y me siento mejor.
Leave a comment