Los caminos de la lactancia, no son como yo pensaba, como los imaginaba, no son como yo creía
Cumplimos 11 meses de lactancia, casí el año y la verdad, a veces no puedo creer lo «pros -prros» que nos hemos vuelto lactando.
La lactancia es todo un tema en este asunto de ser mamá. Para contarles todo lo que ha significado para mí, creo que debería dedicarle mínimo unas cinco entradas (enserio, sí hice el calculo), pero como lo que menos tengo ahora es tiempo de sentarme a escribir todo lo que quisiera, prefiero intentar hacer aunque sea una y en ella, contarles más o menos, lo chido, lo maravilloso, lo raro, lo doloroso, lo empoderante, lo frustante y finalmente lo satisfactorio que ha sido nuestro camino en la lactancia.
Primero, quiero contarles que antes yo era una de esas personas todas pendejitas que decían cuando veía a alguna mujer dar pecho en público: ay, que se tape, osea, que alimente a su bebé, pero que necesidad tengo YO de verle las tetas. Toda pendejita amigues, que pena, pero pues la verdad, así era y espero que sí alguno de ustedes aún es pendejito o pendejita como yo era antes, pueda convencerle de por lo menos no estorbarle a esa mujer que esta haciendo un mega esfuerzo por alimentar a su bebé, ¿por qué saben que? no son enchiladas.
La lactancia no son enchiladas, amigos. Resulta que no es «tan natural» como todos creemos. DEBERÍA ser lo más natural y con ello, debería ser MILLONES de veces más fácil y menos dolorosa pero no lo es, ¿gracias a saben que amigues?, a todos los pendejites que la siguen sexualizando, a los que padecen de inferioridad y te dicen cosas como: ahora sí pareces india dando chiche y cargando a tu bebé en rebozo, nada más te falta vender naranjas (enserio amigoooos, algun amable familiar me hizo esta joya de comentario y yo así de: ¿neta? ¿neta estas tratando de «ofenderme» llamándome india?), a los que creen que eres pobre y por eso no te gastas miles de pesos en formula al mes, a los que creen que eres huevona y lo que no quieres es pararte a preparar biberones y lavarlos (por que claro, cuidar a un bebé debería de ser lo más complicado posible, porque si no, eres huevona) , a las leyes de trabajo que dan permisos de maternidad de tres meses, justo cuando el bebe pasa por el bache de crecimiento más pesado y necesita a su mamá las 24 horas al día y eso cuando los dan y algo muy importante y super triste, es muy difícil gracias a los médicos y las enfermeras que no respetan la hora de apego inmediato que deben tener una mujer y su bebé recién nacido.
En esta hora, si se respeta, el bebé repta solito guiado por el olor de su mamá hasta el pecho y se prende, comiendo por primera vez. Es de verdad muy frustrante tener que «luchar» contra el sector médico por tu lactancia, que te traten con menosprecio, que no respeten tus decisiones y lo peor, que te llenen de mitos.
Ahí andan los pediatras desactualizados, diciendo que le pongas horarios al bebé, que le complementes con fórmula «porque no lo llenas», que nada más le des quince minutos de cada pecho, bueno, cada cosa que he leído en mi grupo de apoyo a la lactancia.
El único consejo que le podría dar a una próxima mamá que quiere lograr amamantar, es que se informe desde antes. Acerquensé a algún grupo de lactancia, a alguien que amamante y aprendan desde antes, para que llegado el momento, no las puedan marear con mitos, para que tengan alguien de confianza que les ayude con los millones de dudas que te atacan en cuando tienes por primera vez a tu bebé en los brazos.
Nosotros teníamos a nuestra amada Vicky, la señora que nos dio el curso prenatal, también nos dio un curso de lactancia (de hecho, ante las primeras dudas y sustos le hablamos por teléfono a ella y fue a vernos al hospital), también teníamos nuestra tribu virtual, un grupo de facebook que ha sido una gran bendición para nosotros, lidereada por Raquel Trigo, una asesora en lactancia y en mi camino, me tendieron la mano, amigas que ya habían amamantado y que me hicieron sentir que no estaba sola.
Nuestra historia a comparación de muchas otras que he leído, es una buena historia de lactancia, creo. Cedric nació por cesárea y lo separaron de mi en cuanto lo limpiaron, eso me rompió el corazón, la noche que pasamos separados, me aseguraron que el medicamento para la operación se podía pasar por la leche y que era mejor no ofrecerle, y la verdad yo estaba tan cansada (llevaba semanas sin dormir bien) y drogada que no pude oponerme mucho…
Al otro día adoloridisima por la herida en el vientre, me encontré por primera vez con mi bebé, intenté darle de comer, ninguno sabía muy bien que hacer. Exigí que se quedará conmigo y que ya no se le diera formula. Ahí empezó la peleadera, mis familiares (papás, suegra) me hacían dudar de mi cuerpo con comentarios como «aún no tienes leche» y pues no, yo sabía que aún no tenía leche, que tenía calostro y que esas gotas son oro puro para los bebés, también algunas enfermeras trataron de espantarme con que se le iba a bajar la azúcar si no le daba formula y en cuanto nos dimos cuenta que cada que se lo llevaban a bañar, no lo regresaban atiborrado de fórmula, ya no dejamos que nos separaran para nada.
Durante mi estancia en el hospital, unos amigos que nos visitaron me llevaron un cojín de lactancia y de verdad, me salvaron la vida (lactancia), pues por fin pude acomodar al bebé sin tener tanta presión en la herida.
Fueron, tres largos días en el hospital, por fin me dieron de alta y pensé que en casa (me quede con mis papás 15 días en lo que me podía mover mejor) todo iba a ser más fácil. Y por un lado, así fue, podía «practicar más» , pero también nos volvimos a topar con muchos mitos.
Yo vengo de una familia donde las mujeres ya no amamantan, ni mi mamá, ni mis tías o mis primas, ni mi suegra, amamantaron, todas interrumpieron su lactancia ya sea por mitos o por dolor. Así es que nadie podía darme en realidad muchos consejos, pero aún así, como siempre, obtenía muchas opiniones.
Para empezar, les cuento que como ya estábamos informados, sabíamos que los bebés deben lactar a libre demanda, es decir, todo lo que quieran, las veces que quieran, esto ayuda a que se establezca la producción, los primeros meses, es común que te la pases con el bebé literal pegado a tu pecho. No es que no se llenen, no es que no tengas leche y por eso te pidan a cada rato, es que están asegurando la producción de leche al mamar, además de que la teta también les da seguridad y confort. Durante los primeros tres meses, no escuchamos llorar a C. atendíamos tan rápido sus necesidades, que mis papás y suegra se sorprendían de lo tranquilo que era y de que no lloraba, nosotros no sabemos que es pasar noches en vela con un bebé llorando a grito abierto (y que bueno, porque las pocas veces que ha llorado así nos dan ganas de llorar con él), nuestros días/noches eran cansados porque no podía moverme mucho por la herida (dormía sentada en un sillón reclinable), así es que tenía que despertar al esposo, cada que escuchaba que el bebé quería comer para que me lo pasará y después se lo tenía que pasar de regreso para que lo acostará en su bambineto, aveces me quedaba dormida, con el bebé sobre mi pecho (super amarrado para que no se me cayera), a veces no dormía porque el bebé mamaba 15 minutos y se separaba de mí, pero en cuanto lo iba a acostar quería volver a comer, otras pasaban 3, 4 horas y no me pedía de comer y me entraba la paranoía y entonces, tampoco podía dormir jajajajajajajaja. El esposo tenía que ir a trabajar e iba todo zombie.
El bebé no tenía buen agarre, he aquí la primer cosa mind blown de la lactancia, yo antes pensaba que los bebés mamaban el pezón y resulta que no, los bebés deben cubrir con su boquita toda tu areola (o una parte de ella), así el pezón queda atrás en su garganta y así no hay dolor. En cambio, si nada más «chupa» el pezón, tiene que hacer más fuerza, no saca la leche que debería y a la mamá se le hacen dolorosas grietas. Bueno, yo no llegué al punto de las grietas, pero si llegue a tener los pezones muy muy sensibles y lastimados. Además del dolor físico y el miedo a «fallar» en mi lactancia, tenía que lidiar con los: ¿y si mejor le das biberón? ¿para qué batallas? ¿otra vez dando de comer?¡ya ponle horarios, por eso no duermes nada! :(((((
Afortunadamente, el esposo siempre estuvo de mi lado, él sabe -ahora- tanto de lactancia como una asesora 😀 y siempre me defendió y me hizo sentir comprendida y amada. Es muy importante que tu pareja o alguien cercano a ti sea así, pues durante esos días largos en los que el bebé solamente quiere estar pegado a ti no puedes ni ir al baño a tus anchas, menos, hacer el quehacer, o de comer, o cambiarte de ropa. Te la vives en pijama, con la playera mojada o aveces sin playera, porque los pezones te arden tanto que el simple roce de la tela te hace llorar.
Finalmente en casa, todo mejoró un montón, yo podía andar sin blusa y no me sentía juzgada por pasarme todo el día alimentando a mi bebé (¿se dan cuenta de lo jodido que es que te hagan sentir culpable de eso?) , podía dormir cuando el bebé dormía aunque fuera en la mañana o en la tarde y no había presión de nadie de que le diera formula (o técitos). Con mi super cojín me lo acomodaba en posición de balón de rugby (oh sí, hay muchas posiciones distintas para amamantar) e intentaba una y otra vez un buen agarre, pero no lo conseguía y cada vez me dolía más. No quería llegar al punto en el que darle de comer me diera miedo o me hiciera llorar. Afortunadamente, de nuevo, una amiga llego a mi rescate, me paso un super buen tip para lograr un buen agarre y ¡funciono!, a partir de ahí todo fue más fácil. Dejo de dolerme, mis pezones sanaron y podía pasarme horas con el bebé al pecho.
Mi otro punto importante, fue cuando aprendí a darle acostada, antes de eso, cada que me pedía por las noches, me tenía que sentar, ponerme el cojín y darle de comer, de verdad era muy cansado. Cuando logre hacerlo acostado, literal, solo lo jalaba hacia mí (Cedric siempre ha dormido junto a mí) y me lo pegaba y nos seguiamos dormidos los dos, con el tiempo, a veces ya ni me despertaba, solito, se acercaba, me buscaba (como cachorrito, abriendo su boquita con los ojitos cerrados y encontrando cada vez más rápido el pezón) y comía solito.
Ahora estamos por cumplir un año de lactancia y no me lo creo, recordar como batallaba, como me desesperaba de estar siempre mojada, siempre chorreando leche así como fuente (lo juro, hasta tengo un video, pero pues, creo que mejor no lo subo ajajajjaa) angustiada de salir, porque no podía dar de comer en otra posición que no fuera de balón y porque intentaba taparme para «no molestar» al tiempo que lidiaba con un bebé que no se agarraba bien, de andar cargando con mi cojín a todas partes, de gastar en conchas recolectoras y pads, de pasar un buen rato conectada a mi extractor para que mis pechos no se sintieran tan llenos y no me dolieran.
Ya sé, puede sonar horrible, puede dar miedo, pero eso solo pasa cuando no hay quien te apoye, cuando todos a tu alrededor en vez de echarte porras se la pasan criticando, cuando te hacen sentir que le podrías estar haciendo un mal a tu bebé. Por eso amigos, no molesten a la mamá que esta amamantando, porque no saben por todo lo que tuvo que pasar para lograrlo.
Algunas trabajan y tienen que sacarse leche en su casa y en el trabajo para mantener su lactancia, otras tuvieron bebés prematuros a los que tuvieron que alimentar con jeringas, algunas empezaron con formula y luego tuvieron que relactar y alejarse de los biberones.
Con el apoyo necesario, con alguien que te ayuda a resolver dudas, te sientes empoderada y no hay nada más satisfactorio, que llegar a los 6 meses (por lo menos) con un bebé sano, contento, alimentado solo con tu cuerpo. Cedric ya va a cumplir un año y no se ha enfermado de nada, no ha tenido cólicos, ni diarreas, ni estreñimiento y estoy segura, que una gran parte de su buena salud, es gracias a la leche materna. Con todo y lo difícil que puede ser establecer la lactancia al día de hoy, no he conocido, ni leído a una mamá que se arrepienta de ello y en cambio, sí he leído a muchas mamás que dan formula que se arrepienten de no haber intentando más.
Sin embargo, yo creo que lo importante, como en todo, es el amor. Ojalá tu lactancia se logre, ojalá tengas a alguien que te apoye y te guíe, pero si no pasa así, si no puedes, también está bien dejarlo ir, porque al final, necesitas estar bien tú para que tu bebé este bien y aunque des un biberón, no te hace menos mamá, sobre todo si lo das con el mismo amor que si dieras teta.
Ahora, doy de comer sin taparme, enfrente de mis sobrinos, quiero que lo vean como algo natural, que no se siga perpetuando la idea de que amamantar debe ser algo doloroso, algo que esconder, algo de personas «pobres».
Y te ofrezco mi apoyo, en lo que pueda ayudarte, en cualquier duda que tengas, porque para eso eran las tribus, para que las mujeres de la tribu nos ayudarán, pero este conocimiento se perdió en mi tribu-familia, tal vez en la tuya también y nada nos impide volver a formar una mini tribu, en donde seamos hermanas y podamos apoyarnos una a la otra.
Esta foto fue de la primera vez, que C. se «agarro» bien, estaba tan contenta por no sentir ningún tipo de molestia, que me tome mi primer #brelfie pero no tuve el valor para publicarla, hasta hoy. Hoy que estoy a un mes de llegar a nuestra gran meta: 1 año de lactancia. Espero llegar a los dos años, aunque ya me estén diciendo: pero después de los dos años, ya es pura agua, jajajajjjajaja.
Leave a comment