No eres tu facebook.
Al «no eres tu trabajo, no eres tu dinero guardado en el banco…» de Tyler Durden, deberíamos agregar: no eres tu facebook y recordar el cierre No eres un bello y único copo de nieve… Si pusiera junto a mí un espejo y preguntará ¿cuál es la verdadera Yazmín? Esperaría, que el 95% contestara que […]
- by
- Mamá gato
Al «no eres tu trabajo, no eres tu dinero guardado en el banco…» de Tyler Durden, deberíamos agregar: no eres tu facebook y recordar el cierre No eres un bello y único copo de nieve…
Si pusiera junto a mí un espejo y preguntará ¿cuál es la verdadera Yazmín? Esperaría, que el 95% contestara que soy la persona fuera del espejo (supongo que el otro 5% diría que mi reflejo y quiero pensar que lo harían por alguna influencia literaria, como Alicia a través del espejo o algo así).
Veo a Facebook -y otras redes sociales- así, como un reflejo de la persona que eres o que quieres ser o que te gusta pensar que eres o que te gusta jugar a que eres, pero NO eres tú. Aún a los comunicólogos se nos olvida el famoso proceso de Emisor-mensaje-canal-receptor y sobre todo Código y Contexto. Escribir, definitivamente, no es igual que hablar. A todos nos ha pasado, comentas algo desde tu contexto -domingo 1 pm desde tu cama mientras desayunas y ves el Netflix- y la otra persona te responde desde el suyo -cruda y dolida porque todavía no consigue novi@- haciendo un drama de un comentario o una imagen que para ti fue intrascendente.
Podría pensar pues, que después de más de 6 años de usar redes sociales (abrí mi Facebook por ahí del 2008) todos los días, la mayoría ya se habría dado cuenta de que muchas veces lo que refleja la pantalla no es la realidad.
Este año llegue a un punto de cierto hartazgo, había tratado a mis redes sociales con toda la ligereza del mundo, mi facebook, mi twitter, mi instagram estaban llenos de mucha gente que conocia, gente que conocia pero que sé no les importo mucho, gente que conocia pero que sé son más bien «chismosos» y perfectos desconocidos.
Solemos subir a facebook los momentos que consideramos «importantes» de compartir, pero ¿con quien estaba compartiendo esos momentos?, llegue a un punto en que mis conocidos me decían cuando platicábamos: pues fui a tal lado e hice tal cosa ¿no lo viste? subí mis fotos a facebook, o al revés, «ah, sí ví que fuiste-hiciste-dijiste, en tu facebook«. Me di cuenta, que esa información, no solamente la tenían mis amigos, ni los etiquetados en mis fotos, sino toda esa bola de gente desconocida o intrascendente que se topa con mi timeline en su página de inicio. ¿De verdad quería eso?
Pensé «no importa», tengo mi fb más o menos controlado por listas y las publicaciones son «privadas» -jajajajajajaja privado y facebook no pueden ir en la misma frase-, pero después algo más empezó a darme «comezón», los dramas de los demás, ¿por que tenia que enterarme sí se había peleado o no con el novio? ¿sus ideas machista o misoginas? ¿sus pobres ideología política? ¿sus berrinches? Y aunque me repetía una y otra vez que esa/s persona no es facebook, a veces le echaban tantas ganas en mantener la imagen de tarados/drama queens/ opinologos/ arenosos/deprimentes/etc. que les iba perdiendo poco a poquito el respeto.
Envolverme en discusiones facebokeras también perdió su brillo, «discutir» a través de mensajes nunca lleva a nada y en un mal día, te puede dejar «rumiando» la famosa discusión, quitándote tiempo, sin contar que siempre alguien se ofende «de verdad».
No sé, de repente, todo me dio una hueva infinitaaaaaaaaaaaa. Así es que dije, bueno, hagamos lo lógico: cerremos esta chingadera.
Volví privado mi Instagram , reactive el twitter -en donde todo es más volátil, el timeline cambia cada 10 segundos y todo lo tienes que escribir en menos carácteres por lo que, un berrinche largo no entra- , reactive mi blog -que es como mandar un mensaje en una botella y que en esta era de la inmediatez «si hay que leer mucho que flojera» es más privado-. Además, a todas las cuentas les puse un nombre no relacionado con mi nombre real, que la verdad no quiero que googlen mis alumnos o en el trabajo y vayan a dar a mis redes ¿yo para qué los quiero husmeando mis fotos y mis actividades?. 
Curiosamente, por esas fechas, mi pareja se sentía igual. Platicábamos sobre fastidiosa que era a veces la personalidad facebukera de funalit@ y la imposibilidad de bloquearl@, pues en la vida «real» nos caía bien y bloquear o «desamigar» a alguien en facebook equivale a hacerlo en la vida real. Nos lamentábamos además de lo imprescindible que se ha vuelto el facebook, en mi caso, desde que mis papas aprendieron a usarlo, es la forma más sencilla de chatear con ellos, o con aquellos amigos que están fuera del estado o del país, además de los eventos que si no fuera por facebook no te enterarías.
¿Y si abrimos un facebook comunal? Se nos ocurrió la idea, como quien dice: ¿y si ponemos teléfono en la casa? pero no esperábamos que funcionara realmente así. Como un teléfono analógico.
Utilizamos la cuenta de uno de nuestros gatos -ajá, Hipster y Glitch tenían su cuenta de fb…no queríamos llenar nuestros facebooks personales de fotos de nuestros gatos, como quien llena el suyo de fotos de su bebe, al final, mejor hicimos una página-, cerramos nuestros perfiles -yo definitivamente y él, por cuestiones de trabajo, lo desactivo nada más-, avisamos y empezamos la migración.
Iniciar un perfil nuevo, siempre es como mudarse a una nueva casa, hay que importar los amigos, aceptar los que te hayan faltado y poner un orden. Realmente todo se dio de forma muy natural.
En vista de que no es mi facebook, ni su facebook, no hay necesidad de compartir estados-drama, no lo tuvimos antes, pero ahora menos podrían encontrar «pedradas» a la pareja para que todos se enteren cuando nos peleamos, por que y cuando nos reconciliamos y lo felices que somos #porquesiempreseremostalparacual, opinar en una discusión compromete a ambos, pues el interlocutor no sabe quien esta opinando, lo cual nos ha evitado la tentación de meternos a platicas innecesarias y cuando lo hacemos, solemos poner «quien dice qué», nos dedicamos a compartir lols o cosas que nos llaman la atención, música, videos, gatos, poca información personal, por ello, casi todas nuestras publicaciones son públicas -solamente son restringidas algunas que contengan connotación sexual o algo que afecte a los niños, porque mis sobrinitos me agregaron hace algunos meses-.
Una de las principales criticas de amigos fue que «eramos muy celosos», compartir el facebook era limitar nuestra privacidad, ser una especie de ente amorfo. Bueno, no sé para que usen su facebook ellos, pero nosotros no lo usábamos para ligar y, si ver porno no es una actividad que fracture nuestra relación ¿cómo por que darle like a la foto de otras personas o comentar algo sí lo sería? Al contrario, la «privacidad» se llevo a un nivel más personal, sí alguien quiere hablar conmigo, ya no es cualquier hijo de vecina que me manda un inbox, es alguien que tiene mi celular y me puede enviar un mensaje o un «whats». Decir mentiras -o verdades a medias- no solamente daña una relación, sino que es bien fucking cansado. Así es que no hay tal, así como yo le platicaba antes entre risas que fulanito me había tirado el calzón por facebook, así le cuento las cosas que podrían verse como malas aunque sean buenas por cualquier otro medio.
Saben de mí, las personas que realmente quiero, aquellas a las que me encuentro en la vida real y platicamos un ratito de lo que «hemos hecho», aquellas con las que me voy a tomar el cafecito o con las que fiesteo el fin de semana, los que me tienen en sus contactos y se toman la molestia de saludarme y tener una conversación-infinita por otros medios.
Pensé que usar la misma cuenta nos iba a quitar un tema de conversación, pero la verdad, hasta nos ha hecho platicar más: viste que paso esto, viste que nos publicaron aquello. Rara vez nos metemos en discusiones y las veces que no lo hacemos, platicamos entre nosotros nuestros puntos de vista, discutimos entre nosotros frente a frente lo que no publicamos.
Los inbox -y algunas publicaciones- funcionan como un teléfono analógico: si el mensaje es para él le aviso; te hablan por el faceeeeee…o viceversa. A veces hay algunos desfaces, como cuando él ve una notificación de algo que era para mi y se le pasa decirme y a mi ya no me llega esa notificación «porque se supone que ya la vi» y no me entero, pero lo hemos ido arreglando. Además, es obvio que sí es algo muy importante, las personas no nos la mandan por facebook, si es algo que megaurge o es muy personal, nos llaman o nos mensajean al celular.
Por otro lado, se ha vuelto interesante ver el reflejo de los demás en quien creen que publica qué, opiniones, links, imágenes que te adjudican pensando ¿quien lo público?, por que es obvio que él jamas compartiría links de bodas, comida, recetas o animalitos y que yo estoy incapacitada para publicar cosas de mujeres guapas o videos de Slayer o Pantera…¡es muy divertido!
No sé cuanto tiempo vaya a ser así o sí algún día decidamos volver a los perfiles personales, es así ahora y estamos contentos con ello. Ya cumplimos medio año de compartir perfil. Andamos más livianitos por el mundo y ya recobramos la fe en la humanidad 🙂
Leave a comment