Viruleada
William S. Burroughs decia, que el lenguaje de los hombres, de la palabra escrita y hablada, es un virus. Su teoría, entre otras cosas decia que la escritura , es aquello que nos diferencia de los animales. Mediante esta herramienta, articulamos el tiempo y transmitimos el saber. Escribe Burroughs: Mi teoría fundamental es que la […]
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- Mamá gato

William S. Burroughs decia, que el lenguaje de los hombres, de la palabra escrita y hablada, es un virus. Su teoría, entre otras cosas decia que la escritura , es aquello que nos diferencia de los animales. Mediante esta herramienta, articulamos el tiempo y transmitimos el saber. Escribe Burroughs: Mi teoría fundamental es que la palabra escrita fue literalmente un virus que hizo posible la palabra hablada. La palabra no ha sido reconocida como un virus porque alcanzó un estado de simbiosis estable con el huésped.
He llegado a pensar, que es ese virus que me invade, lo que me lleva a escribir en todas las cosas posibles, en todos los medios. Aprendi a hablar rápido y escribir fue totalmente natural, como si mi mano ya conoceria las letras y las palabras, pronto, descubri otro placer aún mayor: leer.
Me fui llenando de letras, el virus me invadio, se alojo en mi higado e hizo metástasis a todo mi cuerpo. Un dia, mientras desayunaba para irme a la escuela, descubri que las letras se me salian del cuerpo, como cuando vomitas el desayuno y la leche sabor a chocolate y se te sale por la nariz y la boca; habia letras flotando en mis pupilas, saltaban letras de mi cabello cuando les pasaba el cepillo, como piojos, chupaban mi cerebro pre-adolescente lleno de letras. Sudaba letras, rascaba letras, digeria letras y si…apuesto que tambien cagaba letras.
La única forma de irme desintoxicando -que no curarme- de letras era sacarlas. Meterme el dedo hasta el fondo de la garganta, todos los dias, para poder ir escupiendo letras y letras sobre mis cuadernos.
Poco a poco, comencé a desarrollar un miembro fantasma, sí, ese sindrome que provoca que un miembro amputado, aún sea percibido por el cerebro, al grado que sigue recibiendo mensajes de los nervios que originalmente llevaban los impulsos del miembro. Mi mano amputada, es internet.
Aún y no este conectada, aún a bordo del camión, en la calle, lejos de mi lap, tengo la sensación de estar sentada frente a mi monitor tecleando, escribiendo. Eternamente conectada a un mundo paralelo que me invade y hace simbiosis con mi virus terminal.
Primero abri un blog, ahora mis letras chorrean en la redes sociales: facebook y twitter. Podría decirse, que las letras de mi blog son más «importantes» que las letras de mis timelines. Pero, me he dado cuenta, que aún las palabras que mis libretas y cartas guardan, no son importantes.
Es cierto, que he difundido una información alternativa y la gente la cree y la difunde, he extendido el virus de la palabra que se aloja en cada huésped y se reproduce y se expande. Al grado, que los ingenuos creen que soy lo que escribo…no se equivoquen, ese es mi sintoma. Es cierto, hay algo de mi en las palabras que leen, pero no soy, no pueden ser yo.
Lo que yo soy, es lo que no se puede leer, lo que yo soy, es lo que no digo…en ningún lado. Para saberme, tienes que probarme, tienes que leer los signos que mi piel exhibe, los lunares, las manchas, las cicatrices. Tienes que traducir el color de mis ojos, el tamaño de mis senos, la humedad de mi boca. Para saber quien soy, tienes que escuchar mi risa, oir el murmullo que se esconde en mi cadera, en la forma en que muevo los hombros, o el sonido imperceptible de mis dedos sobre el teclado.
Yo soy lo que no te digo.
Yo soy lo que no puedo escribir.
A veces soy lo que no puedes ver, tienes que tocarme, abrazarme en mi cumpleaños, enjugar mis lagrimas, tomar mi mano para ayudarme a salir del carro, sentir mi cuerpo cuando bailamos juntos.
Por eso, por ese sentimiento, te dejo ver tanto. Te abro las ventanas de mi casa de par en par, te permito asomarte a mi dia a dia, no me importa que me leas, no me preocupa que espies mi escote, no me interesa que veas mis fotos, ni que pienses que no soy bonita en todas. Nada de eso soy yo.
Lo que lees, solo es mi enfermedad crónica.
Antes era más fácil saberme, brindaba mi amistad, besaba tu boca…aveces, abria mi cuerpo, tendia mi mano. Sin embargo, no es fácil encontrar quien me traduzca, soy una lengua muerta, un idioma extraño. Me canse de permitir que me hojearan sin entender ni un ápice de mi.
Por ello, desde hace 7 años, tengo un traductor oficial. Alguien me lee con los dedos, como si estuviera escrita en braille, pero tambien sabe leer el color de mi cabello y mis estornudos.
Algunos amigos han aprendido a leerme, tienen un pase de acceso a las lineas de mi mano, al ronroneo de mi gato, a mi memoria interna. Les doy permiso se asomarse a la mirilla y de decidir si quieren ver aún más o si mis monstruos les dan miedo.
Irremediablemente, quien huye una vez, quien no entiende un signo, quien se atreve a traducirme con palabras o a etiquetar alguna de mis raras especies; es expulsado. Se debe entender que lo que lean, que lo que traduzcan, no es algo que puedan decir con un virus.
No hay otra forma de conocerme, puedes stalkearme, puedes imaginarme sentada a tu lado fumando de ese cigarrillo, puedes soñarme, incluso, podemos salir y tomarnos ese café, podemos frecuentarnos por años, podemos vivir juntos. Pero el dia que empiezas a conocerme, es el dia que sabes lo que mi respiración te dice.
Aún ahora….me pregunto si de verdad alguien sabrá leerme o moriré antes de ser traducida, si seré comida por el tiempo, como un papiro dentro de una catacumba. Aunque igual que ese papiro, que probablemente sea la lista del mandado de una ama de casa egipcia….puede que yo tampoco tenga nada importante que decir_te.
Un vaso no es importante por el vidrio del que esta hecho, un vaso es un vaso porque tiene un vacio enmedio, que lo define como tal….yo soy lo que no te digo, lo que el vacio es…lo que parezco no ser.
Epitafio: Todo lo escrito/dicho, es una falacia.
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