Gente importante en mi vida se va lentamente de ella. Afortunadamente la mayoría de estas despedidas no son definitivas, pero igual calan.

Para empezar, Miriam defraudo mi confianza y la de mis padres al meternos en lio de «prestamos de cajas», lo cual, por supuesto me hizo despedirme de ella, ya que sentí que si nuestra amistad de más de 10 años valian tan poco como su nueva «vida» , pues ¡ea!, que la viva, yo lo único que quiero es que no se vuelva a aparecer en la mia, ni en la de mi familia. Ahi ta la foto para que si la ven, si las conocen, nunca les presten lana y mucho menos tengan la inocente idea de servirles como avala pa nada….y sí, si estoy lo suficientemente enojada como para quemarla «publicamente»…

Mi amiga Daniela a la que conocí cuando estudiaba medicina, se va a hacer su servicio social a Rioverde y aunque es a algunas horas de SLP es una separación de algun tipo «doble», pues cuando la tenia aquí la veia muy poco porque su carrera es muy demandante y ahora que este alla, la veré menos, pues se combinara la distancia con el trabajo. Sin embargo, espero que la nueva ciudad le de otras cosas, la alejé de los malos pensamientos y que pronto el karma se alinee. Sí a ella no le empiezan a pasar cosas buenas, yo perderé mi fe en la humanidad.

Ustedes han escuchado la cita esa que dice «los amigos, son la familia que nosotros escogemos»…pues yo escogí ya hace un rato a Palafox como mi hermano adoptivo. Él tambien se va hacer su servicio social y aunque por las mismas razones que Daniela (tambien es doitor) lo veo poco, ahora que se va, empiezo a sentir su ausencia… es como si la ciudad se fuera haciendo más chica y los recuerdos de los puentes a altas velocidades bajo los influjos de mágicos animales, dolieran…

A Tandy la conozco desde que teniamos como 11 años, crecimos juntas pero nunca fuimos muy unidas, hasta que nos reencontramos como paramedicos en la Cruz Roja. Al principio siempre la vi como una hermanita menor, como alguien a quien se debe de proteger de todos -hasta de ella misma- . Me da gusto ver que ha crecido, que ya no necesita tanto de otros, que ha encontrado al fin su camino y que este camino la lleva a Guadalajara a estudiar un semestre en esa ciudad (ella va a ser Chef). Aunque tambien es una temporada «corta» e incluso le cuidaré su depa…simplemente no estará aqui.

La despedida definitiva es la de José Mendoza o el muñeco…él fue mi instructor de paramedico en la Cruz Roja, muchas cosas las aprendí de él, con el tiempo, nos llevamos tan bien que nos invitaban a sus viajes a bucear o a rapelear. Se casó con una buena amiga mia y tenian un niño pequeño. Cada que veo fotos de esa vez que bucee en la Media Luna, una sensación de bienestar viene a mí, me vuelvo a sentir ligera, ingravida, volando entre peces…pero también recuerdo a Orión que fallecio hace un año en un accidente y ahora a José que hizo gala de sus conocimientos en nudos al hacer uno que no se deshizo, ni se rompio -lamentablemente- para colgarse en su casa. Yo creo que sigue viviendo, solo se transformo; ahora alimenta el musgo de la piedras, huele a tierra mojada y vuela con las golondrinas y los pericos en el Sótano de las Golondrinas, en donde fueron lanzadas su cenizas. Además, mucha gente que sigue viva porque él bajo de la ambulancia en aquellas noches/madrugadas de sábado, son extensiones de su presencia en este mundo….

Nada permance. Pero la ciudad, está terrible ciudad que me asfixia en su cantera, se empieza a hacer más chica, porque la gente que quieres y que se va, se lleva con ellos el significado de sitios en donde viviste buenos momentos; esos lugares se borran, se diluyen, pierden brillo.

Creo que estas despedidas me afectan tanto, porque se dieron muy seguidas.

Para el próximo jueves…mi ciudad -la que todos y cada uno delinea en su mente- se habrá quedado semidesierta…

Pero la tristeza no me evita desearles la mejor de las suertes en sus viajes…