Los juegos del hambre
Un avión es derribado durante un periodo de guerra, estrellándose en una isla desierta. Los sobrevivientes, son niños, estudiantes de un colegio británico, que se encuentran frente a una situación nueva: sobrevivir sin ayuda de ningún adulto a un ambiente hostil. Así, instauran por instinto una serie de reglas, entre ellas, la reunión y símbolo del uso de la palabra […]
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- Mamá gato
Un avión es derribado durante un periodo de guerra, estrellándose en una isla desierta. Los sobrevivientes, son niños, estudiantes de un colegio británico, que se encuentran frente a una situación nueva: sobrevivir sin ayuda de ningún adulto a un ambiente hostil.
Así, instauran por instinto una serie de reglas, entre ellas, la reunión y símbolo del uso de la palabra y el poder, centrados en una caracola de mar. Poco a poco, se van creando grupos, el líder nato es elegido , mientras de cerca otro niño que se cree igual de capaz, es encargado del recién creado grupo de cazadores.
Conforme la trama avanza, esta nueva sociedad, basada en lo que los niños aprendieron de su entorno empieza a tener problemas -van dejando de lado sus obligaciones- y paranoias -una bestia que vive en la isla-. Es através del miedo, que el lider de los cazadores, logra controlar a los demás niños y quitarle el poder al lider inicial, además es tambien, através de este miedo, que convierten a la bestia, en una especie de deidad, a la que le rinden tributo (la cabeza de un cerdo muerto) para evitar, ser devorados.
Poco a poco, su neonata sociedad empieza a derrumbarse, cuando los niños embebidos en el miedo y la histeria colectiva y mal aconsejados por el poder y la necesidad de supervivencia, empiezan a matarse entre ellos.
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Japón se ha convertido en un estado policial conocido como la Gran República del Asia Oriental. Bajo la excusa de un «viaje cultural», los estudiantes del Instituto de Shiroiwa, son adormecidos mediante un gas en el autobus en el que viajan y llevados a una isla, donde se les informa, que han sido elegidos para participar el juego conocido como «Battle Royale».
En este juego, cada año, como parte de un estudio de investigación militar, se eligen cincuenta clases de tercer año (ultimo año de secundaria en México, probablemente), se concentra a cada clase en un lugar aislado y los estudiantes deben luchar a muerte, hasta que quede uno. El sobreviviente, es el ganador oficial del juego.
Para asegurarse de que los estudiantes cumplan las reglas del juego, se les coloca un collar metálico al cuello, dicho collar explotara, matando al estudiante, si intentan quitárselo o escapar.
A cada alumno se le da un kit de supervivencia, es un kit dado al azar, ya que mientras algunos kits tienen armas utiles como pistolas, metralletas o navajas, otros contienen un guantes de box, un gancho o un bumerán. Algunos kits en vez de armas, cuentan con objetivos útiles, como un gps para detectar a los otros estudiantes, un chaleco antibalas o cianuro.
A los estudiantes les dan también un límite de tiempo. Cada veinticuatro horas debe morir alguien, no existe límite de días. Si al pasar veinticuatro horas no ha habido bajas, entonces todos los collares explotarán simultáneamente y no habrá ganador. Además les dan un mapa, en donde se divide la isla en 4 zonas, durante el dia se anuncia que zona, es la zona de riesgo, si un alumno no logra irse de esa zona, el collar explotara. Otra función del collar, es ser usado como micrófono , para escuchar las conversaciones de los personajes y monitorear los signos vitales de los personajes.
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Lo que les acabo de narrar son, una novela inglesa publicada en 1954 de William Golding, Lord of the Flies o El señor de las moscas, lo segundo, es otra novela, pero japonesa publicada en 1999, cuya adaptación cinematográfica es un clásico del cine japones, que Quentin Tarantino llamara alguna vez “su película favorita de todos los tiempos”.
Ahora, tomemos un poco de estas dos novelas (y películas) y agreguemos una pizca de posmodernidad (aunque llevemos más de 20 años llamándole a todo posmoderno) y representemos un poco de nuestra realidad, dominada en muchos sentidos por los reality shows y la popularidad. Lo público, es el nuevo privado.
Así, obtenemos otra novela, llevada al cine: En un nuevo orden mundial, como recuerdo de una Rebelión de 12 distritos frente a la nación, se realizan los llamados «Juegos del Hambre», en donde, 2 jovenes (un hombre y una mujer), entre 12 y 18 años son elegidos al azar para participar como «tributos», en esta celebración. Dicho juego, es un reality show para los ciudadanos de la nación vencedora, quienes tienen sus «tributos» favoritos, ven entrevistas, sponsorean a los que más les gustan dándoles ventajas (¿les suena conocido?)
La cinta cuenta con un reparto y actuaciones solidas, con nombres como Stanley Tucci, Wes Bentley y Donald Sutherland, además de una propuesta estética audaz, que contrasta el sucio gris de la distopía clásica con el decadente y sobrecargado kitsch urbano de la tradición Sci-Fi de los Ochentas, un regreso al Luis XV, época recordada por su suntuosidad e incongruencia. El guión es dinámico y se agradece, porque la pelicula dura 2:20 hrs., el manejo de cámara en mano, aporta el sentimiento de «reality» y «velocidad» que requiere el tema.
Es una buena película de acción y nada más. Mucho se hablo de que esta saga, basada en un boom de la novela homónima viene a dar cobijo a todos los huérfanos que dejo «Twiligh». Pues, si me preguntan, creo que prefiero que los teens se manten entre ellos o les de una fiebre por practicar arqueria…a que sueñen con ser la manzana de la discordia entre un vampiro y un hombre lobo.
Probablemente y como muchos dicen: si entretiene, si da dinero (y vaya que va a dar dinero, si ya hasta me imagine el juego para Xbox y yo lo jugaría) es buena. Sin embargo, no creo que sea memorable, a mi parecer tiene dos grandes defectos.
El primero, es que me pareció muy políticamente correcta, la violencia es implícita, no explicita, basta ver, porque Battle Royale causo controversia, ver adolescentes japoneses matandose y chorreando -como es clásico en el cine japones- litros y litros de sangre, ver suicidios, estudiantes volando en pedazos; es algo que no verás en Los Juegos del hambre, apesar de la trama.
El segundo defecto y como ya lo sospecharan, es su originalidad, le debe mucho a sus predecesoras. Estoy totalmente consciente de que ya no hay hilos negros, por ejemplo “Matrix” es “Dark City” + “Ghost in the Shell”. Pero “Matrix” ofrece algo nuevo en su mixtura. Las premisas son extremadamente similares y la comparación es inevitable. Y no solo hablo de Battle Royale -que es la más clara referencia- sino a otros filmes, como “The Running Man” (aquel clásico ochentero donde una sociedad decadente obligaba a Arnold Schwarzenegger a participar en un reality show por su vida) y otro clásico de Stephen King: “La Larga Marcha” (gobierno totalitario, competencia televisada, caminata hasta la muerte, un solo sobreviviente ganador).
Tanto El señor de las moscas como Battle Royale muestran como la sociabilidad y las relaciones de cooperación carece de importancia en favor de la sobrevivencia y la competitividad individual, la neosociedad de los niños o el juego a muerte, representa la humanidad en miniatura, cada estudiante representa un comportamiento individual en una situación general. Es decir, se ve a microescala la naturaleza humana. Los que hacen alianzas, los que se vuelven sanguinarios, los que huyen, los que traicionan, los que prefieren morir, los que caen en la paranoia, etc.
Poco de ello se deja ver en «Los juegos del hambre», tal vez, se puede lograr una identificación con el tipo de sociedad en el que vivimos, apegado a ver la «realidad» a través de una pantalla, sin ser capaces de admitir que frecuentemente es distorsionada y que sea frase de «una imagen vale más que mil palabras» a quedado caduca.
Justo hoy veía drama, lagrimas y traición en un reality de bailarines de hip hop y pensaba: los humanos podemos hacer un drama de lo que sea. Realitys para escoger pareja, para encontrar al master chef, al mejor imitador, al mejor en efectos especiales, a las personas en recuperación de alguna adicción, a camioneros, a luchadores, etc.
Pero, ¿será el público especifico de esta saga, capaz de realizar algún tipo de reflexión?, tal vez se de, cuando se toque más el escenario socio-politico de las novelas (que al parecer se hará en las siguientes entregas).
Por lo pronto, no hay profundidad, solo acción. Es una buena película de acción para disfrutar con unas ricas palomitas y un vasote de refresco.
Además, en mi caso, me puso de buen humor la retahíla de trailers al inicio: Dark Shadows (Jhonny Deep y Tim Burton), Prometheus (Dirigida por Ridley Scott) y GI. Joe (un churro con mucha acción y Bruce Willis).
PD.- Como última reflexión, todas estas peliculas y últimamente muchas de los grandes estrenos (Como la Chica con el tatuaje de dragón), son adaptaciones de libros. Si bien, dicen que ya casi nadie lee, no cabe duda, que los libros siguen siendo la semilla, el origen. Nunca hay que dejar de leer.
Ah y por cierto…si tengo que escoger, me quedo con Battle Royale

Porque aparte de sangre al por mayor, sale mi adorada Chiaki Kuriyama (Gogo Yubary en Kill Bill…¿ven la conexión?)

Y mejor música:

almiurix
me quedé con esa misma pregunta al salir de la sala… ésto será capaz de iniciar un pensamiento de reflexión?!?!?!?! y que se pueda ver más allá cada uno de los temas que se abordan de una manera bastante sutil para mi gusto…