Píxeles del 2019
Este año hay dos cosas en las que fui constante para tratar de mantener ocupada mi ment de mono.
Después de mi meltodown cuando estaba embarazada de Aleph, decidí buscar herramientas que me ayudaran en mi motivación de enfocarme en tres cosas
1- Ser más realista. Muchas veces creemos que lo contrario a ser optimista es ser negativo, pero el camino medio, es ser realista. Y aveces ser realista puede resultar más difícil que cualquiera de los dos, porque requiere que tomemos distancia y veamos todo el panorama de nuestra situación, despojarnos de nuestro victimismo (que tanto amamos y creemos que nos protege) y aceptar que no todos son malos y no todo está mal. La verdad, siempre es más fácil aferrarnos a que todo y todos son horribles y que como luchamos contra el universo, no queda más que hacernos bolita y no hacer nada o pasarnos quejándonos de todo y todos (pero no hacer nada). Ser realista no evita que haya días que no quieras hacer nada (y te quieras hacer bolita) pero al menos alcanzas a ver más perspectivas y en algún punto puedes salir de la niebla. Si no sales por mucho tiempo, la niebla empieza a hacerse más espesa y tienes esta sensación de que “SIEMPRE ha sido así” de que “a mí SIEMPRE me sale todo mal”, etc. Solidificando un momento, una emoción.
2.- Pues eso, acordarme que las emociones son como visitas y no conviene invitarle café y darle una habitación a la frustración, al miedo, a la ansiedad, etc. Hay que verlas llegar, aceptar que están ahí y dejarlas ir, no aferrarse a ellas volviéndolas incluso parte de nuestra personalidad: es que YO SOY muy enojona, es que YO SOY muy miedosa.
No. Me enojo, me frustro, me da miedo, pero no soy eso, porque “eso” ni siquiera es, va y viene. Tan va y viene, que sentirlo todo el tiempo a niveles profundos está relacionado con enfermedades mentales como la depresión y por ello se necesita terapia y medicamento.
Pero la gran mayoría de nosotros no tenemos estos problemas médicos, más bien carecemos de inteligencia emocional y me doy cuenta ahora que estoy criando, pues no recuerdo que a mí me enseñarán a nombrar mis emociones o que me dijeran que estaba bien sentirlas, que se iban a ir y como manejarlas. Aprendí por el Dharma, 34 años después y pues obviamente aún estoy practicando y rompiendo mis paradigmas.
3- Recordar que todo es impermanente y no aferrarme a mi visión dualista. Es decir, cuando todo está bien, ah que chido, ojalá no se acabe, ojalá no cambie, es más, hasta genero ansiedad porque sé, bien que sé que va a cambiar y cuando todo está mal, uy que se acabe ya, que cambié pronto, que se termine este mal periodo. El punto es, no que no lo sienta, sino darme cuenta que lo estoy sintiendo, eso me ayuda a ver que hacer “berrinche” (ya sea porque no quiero que algo cambie o porque quiero que cambie ya) problematiza aún más la situación, ademas de estar enfrascada en lo imposible: todo cambia, todo se termina, lo bueno y lo malo. Todo pasa.
Estuve buscando que podría ayudarme que fuera sencillo y rápido para refrescar estas tres cosas que necesitaba trabajar este año y encontré esta idea en Pinterest, que es hacer un Track de cómo han estado tus días en “píxeles”. La línea de arriba tiene la letra de cada mes E(enero) F (febrero), etc. y la línea vertical tiene los días del mes 1,2,3, etc. Vas rellenando cada “día” con el color que corresponde a como estuvo ese día, a la derecha pueden ver los “moods” que escogí. Durante la marcha cambie algunos colores porque me di cuenta que si los ponía juntos se confundían y creo que el año que viene voy a aglutinar el mood de día chido, con día que me sentí completa y todo salió bien, porque siento que se parecen mucho.
Entonces, todos los días por la noche, antes de irme a dormir, escogía de qué color iba a iluminar mi pixel y eso me obligaba a repasar mentalmente mi día. Entonces empecé a notar que a veces empezaba pensando que lo iba a iluminar de azul porque según yo fue un día triste, pero luego repasando me daba cuenta que solo estuve triste en la mañana y que toda la tarde que jugué con los niños, en realidad estuve bien. O que ese día que el esposo choco y antes de eso, Dorje me había hecho un gran berrinche y Aleph se había batido todo de caca era digno de ser iluminado de morado como un día frustrante en que todo salió mal, pero luego pensé en lo aliviada que me sentí de que el esposo no se haya lastimado ni haya lastimado a los demás, que nuestro carro no sufrió casi daños, que en realidad todo estaba bien y que por ello había sido un día chido. También, aveces se me olvidaba hacerlo una semana y cuando retomaba, me daba cuenta que no recordaba muy bien todos los días, así es que si no había pasado algo realmente malo o frustrantes digno de ser recordado, era porque había tenido días normales o cuando mucho, cansados (amarillo) y los que nunca se me olvidaban, eran los días chidos cuando vamos al parque o tenemos tiempo para llevar a los niños a la ludoteca, a los juegos, al cine, jugar con ellos, o ver a nuestros amigos. Hubo días terriblemente cansados porque vinieron nuestras queridas maestras y había que ir y venir al centro de retiro al mismo tiempo que estábamos intentando lidiar con los primeros meses en la maestría del esposo, pero resultó que al final del día, el sentimiento de “día perfecto” era mayor que el de “día cansado”.
Así, al final de mi año, puedo ver que casi todos mis días han sido normales, ni siquiera han sido tan cansados como creo o tan frustrantes. Días realmente malos tengo tan pocos qué hay que buscarlos y tengo más días buenos, en los que me sentí completa y feliz.
Siento que esta desconexión de la realidad, por verla a través de los velos de la ignorancia (ignorancia como el no darnos cuenta de la realidad) es lo que hace que avancemos sin apreciar lo qué pasa y que años más adelante digamos “era feliz y no me daba cuenta” o “era infeliz pero ahí seguía”, así es que este ejercicio me sirvió mucho. Lo voy a repetir cada año, va a ser interesante ver todos los píxeles de mi vida juntos cuando sea más viejita 😬

Otra cosa que hice fue bajar una App que en la versión gratuita te deja grabar 1 segundo de tu día y al final puedes hacer un video de todos los segundos de cada mes (o de la semana o del año). Yo lo hago mensual, pero si quiero hacer uno del año. Ver lo que escogía grabar también me daba una perspectiva diferente de mi día. Ver el video al final de mes me permitía ver lo rápido qué pasa el tiempo, además de revivir momentos bonitos, de ver como crecen mis niños y me servía de acordeón cuando se me olvidaba hacer mis píxeles.
No sé si a alguien más le sirva, pero por si si, se los comparto. Solo un par de consejos para concluir: es para ustedes, no es una tarea, ni una entrega ni nada de eso, si se les olvida y luego lo retoman, que bien, no pasa nada. La idea es que sume y no que se vuelva una cosa más para generar ansiedad porque no lo hicimos o lo hicimos mal. Y ser sinceras, yo les comparto el mío para que vean como lo hice, pero si quieren no lo tienen que compartir con nadie ni decirle a nadie que lo están haciendo, pero ser sinceras es lo que ayuda a ver las cosas con más aristas y no nada más bajo la lupa del optimismo o la negatividad.
Y pues ya, que el próximo año todo obstáculo que tengan para cumplir sus metas se disipe, que tengan salud, tranquilidad y estén rodeados de la gente que aman. Espero que lo que me queda de días sean color chido 😎 y que el 2020 tenga muchos días verdes 😬
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