Sólo los amantes sobreviven
Aprovechando que Febrero, el mes del amor termina y que cada vez se concreta y acerca más la fecha de mi boda civil, creo que es un buen ejercicio, hacer una pequeña autocritica a mi relación de pareja. Cuando la gente nos pregunta que cuanto llevamos de pareja, y contestamos que 4 años, les parece […]
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- Mamá gato
Aprovechando que Febrero, el mes del amor termina y que cada vez se concreta y acerca más la fecha de mi boda civil, creo que es un buen ejercicio, hacer una pequeña autocritica a mi relación de pareja.
Cuando la gente nos pregunta que cuanto llevamos de pareja, y contestamos que 4 años, les parece una eternidad, sin embargo, si tomamos en cuenta que nuestras relaciones anteriores fueron de 8 y 11 años…4 años no nos parecen nada. El tiempo, no es algo que nos obsesione, para ser sinceros, aveces tengo que hacer memoria de cuanto tiempo llevamos juntos y más de una vez se nos ha pasado nuestro «aniversario». No nos importa el tiempo, estamos juntos y ya.
En estos «breves» 4 años, hemos escuchado más de una vez, que somos una pareja muy bonita, que «les gustamos», que «nos quieren», siempre me siento halagada con esos comentarios, siempre los agradezco de corazón, pero también aveces me hace reflexionar, sobre lo mucho que hemos trabajado para construir lo que tenemos.
Una vez, una persona me comento, que mi relación era tan genial porque había tenido la suerte de encontrarme con un buen hombre, ella en cambio se topaba con puros patanes. No voy a desmentir el hecho de que mi marivio es un buen hombre, pero también lo era mi ex novio, y la ex novia del marivio es una buena mujer, sin embargo esas relaciones no funcionaron . Entonces ¿cómo es posible que el mismo buen hombre de mi relación sea el mismo mal hombre de otra relación?.
No la culpo, por creer que sea imperante encontrarte un buen hombre/mujer para tener una buena relación, pero eso es solo la mitad, la verdad es que una relación, buena o mala, se forma de dos. Así es que sí tu relación apesta….sorry, también es culpa tuya. De nada sirve tener un buen hombre a tu lado, yo tuve uno que me amaba -y me consta- y lo eche todo a perder.
Es fácil pensar que siempre fuimos así de felices y unidos, pero la verdad es otra.
Nuestro primer año de relación fue bastante tormentosa, arrastrabamos aún a los ex novios y la culpabilidad de haber roto tantas promesas, arrastrabamos la maldición de vivir en un pueblo chico en donde rápido corrieron los chismes y los malos entendidos (tuvimos la mala suerte de terminar por las misma fechas…y los chismes de los cuernos no se hicieron esperar, es lo que la gente hace, imagina lo peor y habla…), perdimos gente que creíamos eran nuestros amigos, tuvimos que dejar de ir a fiestas y lugares donde sabiamos que iban a estar «ellos» para evitar situaciones tensas y causar más daño del que ya estaba hecho, tuvimos que buscar nuevos amigos, ir a nuevos lugares…
Sumado a lo externo estaba lo interno, después de relaciones tan largas, empezar a convivir con alguien totalmente distinto era complicado, empezaron los celos, los miedos a las comparaciones, las peleas, los enojos…cortamos como dos veces, llegamos a pelearnos a gritos otras veces más (nunca le había gritado a nadie) y francamente, por lo menos de mi parte, hubo un momento en que sí pensé en dejar ir la relación.
¿Qué caso tenía continuar con algo que me costaba tanto trabajo mantener y que me hacia tanto daño?
Para acabarla de joder, trabajabamos juntos, los malos días era horrible, pues estabamos enojados o dolidos y aún así debiamos trabajar, uno al lado del otro…sin embargo, fue ahí donde creo que nacio lo que realmente nos unio.
Tras esos días de porquería, enojados o sentidos, trabajando con el estomago hecho nudo, aveces con los ojos llenos de lagrimas, al final del dia, empezamos a hablar.
Hablabamos y hablabamos y hablabamos y hablabamos, llorabamos, y dolia, dolia mucho…vaya, hace mucho que no me acordaba de esos malos días, ahora que escribo de ello, todavía me acuerdo de la opresión en el pecho, del dolor de separarnos, del dolor de causar dolor.
Después, pasamos de hablar a hacer acuerdos, a ser sinceros y claros con lo que queriamos, a construir la confianza y nos pusimos plazos: si para Diciembre del 2013 (creo que esa era la fecha) no sentiamos que podiamos confiar plenamente en el otro, terminariamos la relación, pues sin confianza, no se puede construir nada.
Conforme avanzaba el año, todo se fue tornando más natural, creo que nunca dejamos de amarmos, simplemente, estabamos muy agitados. Aprendimos que si uno actua bajo la agitación, cosas malas pasan. Aprendimos a calmarnos para poder hablar.
Creo que la decisión de construir la confianza, fue la tabla en el mar agitado que nos salvo. La confianza no nada más es no ser posesivo ni celoso, la confianza también es estar seguros que nunca nos vamos a herir de forma intencional, «soy tu zona de seguridad», puedes estar conmigo, contarme lo que sientes, lo que te gusta, lo que no, lo que quieres, nunca lo voy a usar en tu contra. Creo que es algo muy dificil y es algo que he visto que otras parejas hacen y que destruye sistematicamente la relación, usan los puntos debiles que sus parejas les confian en su contra. «Sé que esto te duele, por aquí te voy a atacar cuando este enojada», para «defenderse», ¿defenderse de qué? no tiene lógica tener que defenderte de tu pareja…o cosas tan locas como «el otro día te pregunte si hacias tal cosa con tu ex…¡yo te pregunte!, te obligue a contestarme, me contestaste y esa respuesta, la atesore y la abrigue con montañas de celos e inseguridad para explotar meses después con algo parecido a: pero clarooooo, como tú ex sí hacia esto, o aquello»….es una tontería, es locura.
Hace una semana, fuimos a ver la pelicula de Love de Gaspar Noé, habíamos escuchado muchas criticas negativas por lo explicito del sexo y en sí por el argumento, a nosotros nos fascino, nos parecio una lectura muy acertada de la droga más potente del planeta: el amor. Puedes apreciar los pasones, los sindromes de abstinencia, lo mucho que puedes joder tu vida y la de los demás cuando estas bajo el efecto, es una droga tan tan tan fuerte, que muchos no la libran, no salen vivos literalmente de ella, se suicidan, se casan por despecho, engendran vidas que viviran bajo la estrella de una pareja miserable unida por el desamor, matan por celos o despecho….solo los amantes sobreviven.
No sé sí somos una buena pareja, siempre he creido que somos sobrevivientes y vivimos un día a la vez. Queremos que nos separe la muerte, pero si nos separa la vida, creo que lo haríamos de la forma más agradecida, pues a nuestro lado hemos aprendido mucho sobre el amor.
Hemos tenido que cambiar el chip internalizado que teniamos de cómo debía ser el uso de esta droga, no usarla como todos los demás la usan, encontrar nuestra propia forma.
¡Todavía nos peleamos!, pero ya no nos herimos, nuestras peleas son desacuerdos o mal entendidos, rara vez lo discutimos inmediatamente, han escuchado ese consejo de: no se vayan a dormir enojados. Bueno, puede que a otros les funcione a nosotros no. Nos vamos a dormir, rumiando lo que paso, pero igual dormimos abrazados, somos lo suficientemente inteligentes como para entender que es un mal entendido que platicaremos al otro día y que no significa que ya no nos queramos….que el contacto fisico que nos damos, no es algo que esta condicionado: hoy me hiciste enojar, entonces no te abrazo, te retiro mi cariño.
Cambiar el chip, de que el amor es algo que damos esperando que sea reciproco…es algo que cuando lo platicamos con otros amigos, parece una debilidad ¿cómo es que dan sin esperar recibir? es mentira ¡claro que quieren algo del otro!
Trata de recordar cuando recien inicias una relación, haces todo por el otro, le llevas de comer, le ayudas con sus cosas, lo abrazas, lo besas, lo consientes, lo complaces sexualmente y nada te hace más feliz que hacerlo feliz. Tratamos de mantener viva esa aspiración: hacer feliz al otro y regocijarnos en esa felicidad, sí es cierto que queremos algo del otro, es que sea feliz.
Y naturalmente esa felicidad te impregna y si te la pasas buscando la forma de que el otro sea feliz, es dificil que se vuelva un reproche que ya no consientes a tu pareja o que te vale su vida sexual, no hay forma de que le restrinjas salir con sus amigos o irse de fiesta, incluso sin ti, porque no siempre estan en el mismo canal, pero no importa, porque eso lo hace feliz y existe la confianza de la que ya hable, de que no va a hacer nada que te pueda lastimar.
La pareja, ha sido mi mejor terapia contra mi egolatría (que termino con mi relación anterior) contra mi inseguridad, contra mis emociones perturbadoras.
Cada que un problema surge, trato no de ver que hizo mal él y sumergirme en un drama interminable buscando hacerlo sentir culpable, cada que surge un problema, veo hacia adentro ¿qué hice mal yo? . El 99.9% de nuestras reconciliaciones, empiezan con un «perdóname por…» de ambas partes, pues en la reflexión del problema nace el auto análisis, no buscamos que puede cambiar el otro, nos enfocamos en preguntarnos ¿qué puedo cambiar yo? ¿Cómo este problema me puede volver una mejor persona,una mejor pareja?
No perdemos mucho tiempo en enfrascarnos en dramones o en incluir a terceros publicando nuestros problemas en facebook, como para ganar un «barrio que nos respalde», para exponer al otro, para hacerlo sentir culpable.
Nos decimos lo que nos dolio o molesto, lo que sentimos, se hacen acuerdos «no voy a volver a hablarte en ese tono, no voy a suponer tal cosa, etc.» y se olvida el problema. No los coleccionamos para sacarlos después en otra «batalla» como si se tratara de cartas de Magic: invoco la pelea de hace 3 años sobre tal cosa.
No creo que podamos darle consejos a nadie, de como sobrevivir al amor, creo que cada pareja es diferente, he conocido parejas que se hablan a maldiciones, nosotros no podemos hacerlo ni de broma, no a todos les gusta la paz y la tranquilidad, algunos son fans de los malos viajes, los pasones y los sindromes de abstinencia (cortan y regresan, cortan y regresan, cortan y regresan), definitivamente no somos nadie para juzgar otras parejas, nunca lo hacemos, creemos que cada quien tiene lo que le gusta -aunque no siempre acepte que le gusta-.
Este post, es solamente una autoreflexion, una mirada al interior de mi pareja y el largo camino que hemos recorrido, acordarme que no siempre fue así y agradecer que ahora es así, congratularme de todo el esfuerzo que le hemos puesto, recordar que no fue gratis, nos costo, literal mucho trabajo y lagrimas.
A veces, cuando me dicen «Que bonita su relación, yo quisiera algo así», pienso: oh no, no quieres; es una chinga 😛
Es mucho trabajo interior, es mucho cambiar paradigmas, es exponer totalmente el corazón, es sobrepasar la concepción de que es algo «natural» que no requiere de trabajo ni de mantenimiento, que se va a «dar» y ya, es aprender a perdonar(te) de verdad, es alimentar constantemente tu aspiración.
Mi aspiración es sencilla: quiero formar parte de sus condiciones de felicidad en esta vida.
¿Cuál es su aspiración?

K
<3