Umami
Entramos a la sala de cine, callados y uno al lado del otro, pero sin tomarnos las manos, aún y cuando sabemos que en la oscuridad donde dificilmente vemos nuestros cuerpos, los otros tampoco nos ven. Nos acostumbramos poco a poco a la penumbra, me tomo de tu hombro -que no es lo mismo que […]
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- Mamá gato
Entramos a la sala de cine, callados y uno al lado del otro, pero sin tomarnos las manos, aún y cuando sabemos que en la oscuridad donde dificilmente vemos nuestros cuerpos, los otros tampoco nos ven.
Nos acostumbramos poco a poco a la penumbra, me tomo de tu hombro -que no es lo mismo que tomarme de tu mano- y te sigo por el pasillo entre las filas. Notamos, que casi todas estan vacias. Cines de arte en esta pequeña ciudad no son negocio y menos un sabado por la noche…sabado de antro y de celebrar que la selección gano. Después de comprobar que los pocos asistentes son personas mayores -algunos dormidos-y gente absorta en la pantalla, caminamos de nuevo hacia la entrada y nos sentamos en la últimas filas, en una esquina, desde donde podemos ver todo el cine, incluyendo las entradas.
Maggie Cheung, se protege bajo la lluvia junto a Tony Leung, ambos se aman, pero no pueden externarlo. Ese ambiente de insodable tristeza embarga el cine, siempre que veo «In the mood of love» lloro. Nunca habia llorado bajo tu abrazo, bajo tu olor a frutas y flores.
Mientras pasas tu dedo por mi mejilla y tomas una lagrima para llevarla a tu boca, susurras a mi oido mi nombre, la llave que abre mis ya, debilitados cerrojos. Un estremecimiento se prende de mi nuca y baja sus largos dedos a través de mi espalda. Nuestro beso sabe a lagrima de cine, salado, especial, luminoso. Contigo, la vida tiene los colores de una pelicula de Wong Kar Wai, verdes, rojos, azules…una acuosa burbuja me aspira…
Mi respiración empieza a entrecortarse, cuando tus dedos mojados en lagrimas se abren paso entre mis rodillas, hacia arriba, abajo de mi falda, más arriba, más arriba, más al fondo, más rápido.No hay marcha atrás, siento como mi sexo se abre, como una fruta viva, como un higo listo para ser mordido, devorado y devorar a su vez. Con tu lengua ahogas mis gemidos, mientras tu otra mano, roza delicadamente la piel de mis senos, tus dedos danzan alrededor de mis pezones, tomandose su tiempo para moldearlos erectos, como arcilla fresca.
No puedo, detener mi mano que se me escapa hacia ti, buscando, buscando, encontrando. Acariciando, sintiendo como te humedeces, como tu pantalón ya no puede contenerte.
El cine sigue vacio, los 4 empleados nunca entran a las funciones, se entretienen afuera, platicando en la «dulceria», el cine es viejo y tiene muchos recovecos en las orillas, cuartos que quedan escondidos y en penumbras.
Aturdidos, nos levantamos de nuestros asientos y nos movemos silenciosamente hacia una de esas penumbras.
Después de besarme largamente, como si la pelicula fuera eterna, deslizas tu lengua por mi cuello, dejando un rastro de calida saliva, abres mi blusa y tomas mis pechos entre tus manos, y los besas; no los muerdes, ni los succionas, los besas, como si fueran otra de mis bocas.
Antes de que pueda hacer nada, me colocas de espaldas a ti, intento con todas mis fuerzas no cerrar los ojos cuando siento tu aliento bajar por mi cadera, por mis nalgas, por encima de mi pantaleta. Pero es inútil, mis ojos se entornan cuando siento tu dedo deslizar mi pantaleta hacia un lado y colocar en mi puerta abierta, tu sexo….humedo, listo, tibio…
Te absorbo… te envuelvo, te arropo, te convierto en parte de mi cuerpo. Siento tu aliento respirar en mi nuca y es mi aliento. Siento que sales y entras de mi cuerpo, pero nunca te vas….nunca te vas a ir. Tus hijos no nacidos abrazan a los mios y aceptan su destino. No en esta vida. La música en su climax esconde el nuestro.
Tony Leung, cuenta su secreto y se aleja. La sala es tenuemente iluminada por los creditos, la poca gente no se mueve, nosotros tampoco. Abrocho mi blusa y muy lentamente, como si amputaramos una parte de nuestro cuerpo, nos separamos. Pero no nos sentamos, ni salimos del cine.
Aliso mi falda, un último beso, tu mano en mi cintura, tus dedos arreglando mi cabello. Y después nos acercamos hacia las filas vacias. La luz se enciende….una vez más, me sigues con la mirada, a unos pasos de mi, pero sin tocarme. No somos personas que puedan ser vistas juntas bajo la luz. Somos luciernagas que brillamos en la noche traslucida y artificial.
Somos la versión moderna de In the mood of love, pero yo no voy a contar nuestro secreto…porque quiero que dure para siempre, que me siga deslavando por dentro…..tu nombre, bocana de aire para continuar.
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Otro cuento olvidado en mi libreta de talleres literarios……no esta muy pulido..es la primer versión.
yisus
no mms a mi me gusto mucho, igual y es por la peli : )